domingo, 31 de mayo de 2009

Seamos Epicuro

Epicuro (en griego Επίκουρος) (Atenas, demo de Gargetto, 341 a. C. - Atenas, 270 a. C.), fue un filósofo griego, fundador de la escuela a la que le dio el nombre de Los Jardines. De padres pobres (Neocles, su padre, era maestro de escuela y Queréstrates, su madre, adivina) se educó en Samos, lugar en el que los atenienses habían establecido una colonia, de la que pasó a Atenas a la edad de diez años, ciudad que abandonó a la muerte de Alejandro Magno.

A su muerte dejó más de 300 manuscritos, incluyendo 37 tratados sobre física y numerosas obras sobre el amor, la justicia, los dioses y otros temas, según refiere el Laercio en el siglo III. A pesar de ello, de sus escritos sólo se han conservado tres cartas y algunos fragmentos breves. Las principales fuentes sobre las doctrinas de Epicuro son las obras de los escritores romanos Cicerón, Séneca, Plutarco y Lucrecio, cuyo poema De rerum natura (De la naturaleza de las cosas) describe el epicureísmo en detalle.

Concepto de Felicidad

Los mayores obstáculos que se oponen a la felicidad humana son el temor a la muerte y a la ira divina, y pueden ser eliminados gracias al conocimiento de la naturaleza (física). De hecho, la ética epicurea asegura a los hombres que la felicidad es fácilmente alcanzable una vez se hayan satisfecho unas pocas necesidades naturales indispensables, ya que la felicidad no es otra cosa que la ausencia de dolor físico (que generalmente es breve y provisional) y un estado de ánimo libre de cualquier turbación o pasión (ataraxia). Así, la felicidad, para Epicuro, se identifica con un placer estable o negativo (placer catastemático). La amistad entre sabios, fundada en una común adhesión a la doctrina epicúrea permite encontrar seguridad y consuelo.

Las preocupaciones que el autor propone evitar son tres: el temor a los dioses, el temor a la muerte y el temor al futuro. Si bien Epicuro no era ateo, entendía que los dioses eran seres demasiado alejados de nosotros, los humanos, y no se preocupaban por nuestras vicisitudes, por lo que no tenía sentido temerles. En cuanto al temor a la muerte, lo consideraba un sin sentido, puesto que “todo bien y todo mal residen en la sensibilidad y la muerte no es otra cosa que la pérdida de sensibilidad”. La muerte en nada nos pertenece pues mientras nosotros vivimos no ha llegado y cuando llegó ya no vivimos. Esta concepción de Epicuro trasciende el tema de la muerte en sí. Él propone una sabiduría de vida caracterizada por el optimismo y la admiración ante la existencia del mundo y del hombre. Por último, carece también de sentido temerle al futuro puesto que: “el futuro ni depende enteramente de nosotros, ni tampoco nos es totalmente ajeno, de modo que no debemos esperarlo como si hubiera de venir infaliblemente ni tampoco desespéranos como si no hubiera de venir nunca”. El destino no existe, poseemos algunas cosas por azar y otras por obra nuestra, y son estas últimas las que debemos atender.

El otro factor para lograr la felicidad es la obtención del placer catastemático. Su propuesta, a diferencia de la de sus antecesores que sostenían que debe buscarse el placer del momento sin atender a la tranquilidad y al reposo espiritual, difiere en algunos elementos.

Epicuro señala que existen tres tipos de placeres:

* Los naturales y necesarios (ej. el hambre),
* los naturales y no necesarios (disfrutar de una comida sabrosa o de los placeres sexuales) y
* los ni naturales ni necesarios (asistir a un opíparo banquete) a éstos los llama vanos o superfluos.

Epicuro dice que “todo placer es un bien en la medida en que tiene por compañera a la naturaleza”. Los placeres vanos no son buenos, porque a la larga nos acarrearán dolor y no sólo son más difíciles de conseguir, sino además más fáciles de perder.

También habla de la importancia de poseer una virtud para elegir y ordenar los placeres: la prudencia. Gracias a ella podemos desechar un placer si éste nos ocasionará un mal futuro.

El discernimiento de los diferentes placeres y la recta prudencia, permiten acercarnos a una vida feliz, lo cual constituye el objeto de la filosofía.

Epicuro valoraba como placer fundamental la tranquilidad del alma y la ausencia de dolor: “la ausencia de turbación y de dolor son placeres estables; en cambio, el goce y la alegría resultan placeres en movimiento por su vivacidad. Cuando decimos entonces, que el placer es un fin, no nos referimos a los placeres de los inmoderados, sino en hallarnos libres de sufrimientos del cuerpo y de turbación del alma”. Una vida en privacía, rodeada de amistades y de placeres moderados con el mínimo de dolores posibles y tranquilidad en el alma, es lo que nos brindará la felicidad y hacia eso debe encaminarse el hombre.

Su Filosofía

La filosofía de Epicuro puede ser claramente dividida en tres partes, la Canónica, que se ocupa de los criterios por los cuales llegamos a distinguir lo verdadero de lo falso, la Física, el estudio de la naturaleza, y la Ética, que supone la culminación del sistema y a la cual se subordinan las dos primeras partes.

Antes de examinar cada una de estas partes podemos afirmar que la filosofía de Epicuro, en líneas generales, se caracteriza por situarse en el lado opuesto a la filosofía platónica: afirma que no hay más que una realidad, el mundo sensible, niega la inmortalidad del alma y afirma que ésta, al igual que todo lo demás, está formada por átomos, afirma el hedonismo en la teoría ética y como modo de vida y rechaza el interés por la política y, frente a la reestructuración de la sociedad que, afirmaba Platón, era el objetivo del filósofo, prefiere un estilo de vida sencillo y autosuficiente encaminado a la felicidad en el que la amistad juega un papel fundamental.

Veamos ahora con más detalle cada una de las partes de la filosofía de Epicuro:


A) La canónica

La canónica es la parte de la filosofía que examina la forma en la que conocemos y la manera de distinguir lo verdadero de lo falso.

Según Epicuro la sensación es la base de todo el conocimiento y se produce cuando las imágenes que desprenden los cuerpos llegan hasta nuestros sentidos. Ante cada sensación el ser humano reacciona con placer o con dolor, dando lugar a los sentimientos, que son la base de la moral. Cuando las sensaciones se repiten numerosas veces se graban en la memoria y forman así lo que Epicuro denomina las "ideas generales" (diferentes a las platónicas).

Para que las sensaciones constituyan una base adecuada, sin embargo, deben estar dotadas de la suficiente claridad, al igual que las ideas, o de otro modo nos conducirán al error.

Diógenes Laercio, además de las sensaciones, los sentimientos y las ideas generales, menciona un cuarto proceso de conocimiento: las proyecciones imaginativas, por las cuales podemos concebir o inferir la existencia de elementos como los átomos, aunque éstos no sean captados por los sentidos.

Todos esos aspectos, sin embargo, son sólo los principios que rigen nuestro modo de conocer la realidad. El resultado de su aplicación nos lleva a concluir la concepción de la naturaleza que se detalla en la física, segunda parte de la filosofía epicúrea.


B) La física

Según la física de Epicuro toda la realidad está formada por dos elementos fundamentales. De un lado los átomos, que tienen forma, extensión y peso, y de otro el vacío, que no es sino el espacio en el cual se mueven esos átomos.

Las distintas cosas que hay en el mundo son fruto de las distintas combinaciones de átomos. El ser humano, de la misma forma, no es sino un compuesto de átomos. Incluso el alma está formada por un tipo especial de átomos, más sutiles que los que forman el cuerpo, pero no por ello deja el alma de ser material. Debido a ello, cuando el cuerpo muere, el alma muere con él.

Con respecto a la totalidad de la realidad Epicuro afirma que ésta, como los átomos que la forman, es eterna. No hay un origen a partir del caos o un momento inicial. Tal y como leemos en la Carta a Heródoto: "Desde luego el todo fue siempre tal como ahora es, y siempre será igual."

Toda esta concepción atomista procede claramente de Demócrito, pero Epicuro modifica la filosofía de aquel cuando le conviene, pues no acepta el determinismo que el atomismo conllevaba en su forma original. Por ello introduce un elemento de azar en el movimiento de los átomos, una desviación de la cadena de las causas y efectos con lo que la libertad queda asegurada.

Este interés por parte de Epicuro en salvaguardar la libertad es fruto de la consideración de la ética como la culminación de todo el sistema filosófico al cual se han de subordinar las restantes partes. Éstas son importantes tan sólo en la medida en que son necesarias para la ética, tercera y última división de la filosofía.


C) La ética.

La ética, como ya se ha dicho, es la culminación del sistema filosófico de Epicuro: la filosofía como el modo de lograr la felicidad, basada en la autonomía o autarkeia y la tranquilidad del ánimo o ataraxia. En la medida en la que la felicidad es el objetivo de todo ser humano, la filosofía es una actividad que cualquier persona, independientemente de sus características (edad, condición social, etc.) puede y debe realizar.

Para exponer la ética de Epicuro podemos fijarnos en dos grandes bloques. Por un lado todo aquello que su filosofía pretende evitar, que es, en definitiva, el miedo en sus diversos modos y maneras, y por otro lado, aquello que se persigue por considerarse bueno y valioso.

La lucha contra los diversos miedos que atenazan y paralizan al ser humano es parte fundamental de la filosofía de Epicuro; no en vano, ésta ha sido designada como el "tetrafármaco" o medicina contra los cuatro miedos más generales y significativos: el miedo a los dioses, el miedo a la muerte, el miedo al dolor y el miedo al fracaso en la búsqueda del bien:

- El miedo a los dioses es absurdo, nos dice Epicuro, pues éstos en nada intervienen en los asuntos humanos y no se mueven por la ira ni la cólera ni tantos otros sentimientos que comúnmente se les atribuyen. Por el contrario, los dioses deberían ser un modelo de virtud y de excelencia a imitar, pues viven en armonía mutua manteniendo entre ellos relaciones de amistad.

Aforismos

"La libertad es el mayor fruto de la autarquía".

"La necesidad es un mal, pero no hay necesidad alguna de vivir con necesidad".

"Nadie, al ver el mal, lo elige, sino que se deja engañar por él, como si fuera un bien respecto a un mal peor".

"Nada es suficiente para quien lo suficiente es poco".

"Lo insaciable no es la panza, como el vulgo afirma, sino la falsa creencia de que la panza necesita hartura infinita".

"Todo el mundo se va de la vida como si acabara de nacer".

"Quien un día se olvida de lo bien que lo ha pasado se ha hecho viejo ese mismo día".

"El que menos necesita del mañana es el que avanza con más gusto hacia él".

"También en la moderación hay un término medio, y quien no da con él es víctima de un error parecido al de quien se excede por desenfreno".

"Límite de la grandeza de los placeres es la eliminación de todo dolor. Donde exista placer, por el tiempo que dure, no hay ni dolor ni pena ni la mezcla de ambos".

"La muerte es una quimera, pues cuando yo estoy, ella no está; y cuando ella está, yo no."

"Comamos y bebamos que mañana moriremos"

Sobre Dios

Si Dios es perfecto, Él está siempre en paz y no puede enojarse o molestarse con nadie o por nada, porque el disgustarse sólo es propiedad de un ser imperfecto. De igual manera, si Dios es perfecto, Él no necesita ni desea nada de nadie, ya que si Él necesitase o desease algo, no sería Dios sino un ser infeliz e imperfecto.

Sobre la Muerte

La muerte no es nada para nosotros, una vez que el cuerpo y el cerebro se convierten en polvo y cenizas, no hay sentimiento ni pensamiento, y lo que no tiene sentimiento o pensamiento es nada para nosotros.

Sobre el Dolor

Lo máximo en el placer es estar libre de todo dolor y molestia, tanto en el cuerpo como en la mente. Cuando este placer está presente, todo el dolor está ausente.

Sobre las Enfermedades

Las enfermedades que provocan un dolor atormentador duran sólo corto tiempo, luego de ello uno está libre. Las enfermedades que acarrean un dolor atenuado pueden durar largo tiempo, pero es posible vivir de forma tal que los placeres de la vida superan con largueza las molestias. En ambos casos, el dolor no es algo que uno deba temer.

Sobre la Felicidad y la Sabiduría

Es imposible ser feliz sin también ser sabio, honorable y honesto, y es imposible ser sabio, honorable y honesto sin también ser feliz. La felicidad es tan dependiente de la práctica de la sabiduría, el honor y la honestidad que ser negligente con sólo uno de estos valores conducirá irremediablemente a problemas y lamentaciones en la vida.

Sobre lo Correcto

Absolutamente todo lo que nos aleje de ser dañado por la gente es bueno y correcto.

Sobre la Fama

Algunos hombres y mujeres desean ser famosos y bien conocidos porque piensan que esto hará que sus vidas estén a salvo de riesgos. Si la fama acarrea la seguridad, es bueno y correcto desear ser famoso; pero si una vida famosa trae más problemas que una vida oscura, es tonto desear lo que es realmente malo para nosotros.

Sobre qué placeres perseguir y cuáles evitar.

No hay placer que sea malo en sí mismo. Lo que es malo son las desagradables consecuencias que puedan resultar si no se usa la cabeza. Si todo placer permaneciese y afectase a todo el cuerpo y no sólo a una o dos partes, no habría diferencia entre un placer u otro; todos ellos serían igualmente deseables. Si las cosas que provocan placer a los hombres y mujeres licenciosos los liberase de tener mentes perturbadas, es decir, si una vida así los liberase del temor a Dios, el temor a la muerte y el temor al dolor, y si aquellas cosas les enseñaran cómo manejar racionalmente sus deseos, no veríamos nada malo con esos hombres y mujeres; ellos habrían alcanzado la cima del placer y estarían libres de todo el sufrimiento corporal y mental, que es el principio y el fin de todo el mal.

Sobre la Paz Mental

Si nuestra paz mental no fuera disturbada por ideas supersticiosas sobre cometas, estrellas fugaces y otros tipos de fenómenos astronómicos, o por pensar en la muerte (lo que realmente es nada para nosotros), así como por nuestra carencia de entendimiento de los limites del sufrimiento y cómo manejar racionalmente nuestros deseos, no tendríamos necesidad alguna de adquirir un cabal entendimiento científico de la naturaleza. El individuo honesto tiene más paz mental que nadie; es el hombre o mujer deshonesto quien siempre tiene alguna razón para preocuparse y sentirse ansioso.

Sobre el Entendimiento

Una persona no puede estar libre de la mayoría de los temores que preocupan sobre el universo en tanto carezca de un cabal entendimiento científico de la naturaleza y crea más bien en leyendas, parábolas y mitos. Sin un cabal entendimiento científico de la naturaleza uno no puede alcanzar la cima del placer.

Sobre la Seguridad

No hay razón para luchar denodadamente por lograr seguridad física y mental ante aquellos quienes pueden dañarnos si nuestra paz mental puede ser fácilmente atacada y destruida por temores y ansiedades que provienen de un entendimiento no científico de por qué la naturaleza se comporta como lo hace en el cielo, en la tierra, o en cualquier otro lugar del universo.

Si bien buena parte de sentirnos a salvo de otros pudiera posiblemente obtenerse a través de acumular gran riqueza y poder, la seguridad, la protección y la tranquilidad serían más ciertamente nuestras si simplemente viviésemos una vida calmada y sencilla, retirada del mundo.

Sobre la Riqueza

Entiende que la verdadera riqueza es tener lo que realmente se necesita para una vida feliz y averiguarás cuán fácil es satisfacerla completamente; cree, erróneamente, que la riqueza consiste en poseer todo lo que uno pudiera posiblemente imaginar y soñar, y no habrá nunca un término para tus afanes y sudores.

Sobre las Dificultades

Al manejar continuamente los asuntos más importantes de la vida de acuerdo con los dictados de la razón, el hombre, o la mujer, sabio construye una defensa de por vida contra las desdichas y dificultades, y rara vez sufre por ellas.

Sobre el Placer

Tan pronto como se ha alcanzado la cima del placer físico a través de la satisfacción del ansia corporal, no hay mayor placer que disfrutar por sobre ello; uno ha alcanzado un nivel que no puede ser superado. En ese punto, uno puede variar el tipo de placer; uno no puede incrementar la intensidad. El placer mental también tiene un límite natural que no puede ser superado y este es lo siguiente: la paz de mente que resulta del entendimiento racional y la búsqueda del placer y de un cabal entendimiento científico de aquellas cosas que acostumbraban llenar la mente con temor y estremecimiento.

Sobre la Inmortalidad

Una vida inmortal no proveería una oportunidad para ningún placer adicional de lo que esta vida mortal provee. Un entendimiento racional de la felicidad esclarece el hecho de que la cima del placer se logra aquí y ahora, en esta vida, y no puede ser superada, ni aún si uno pudiera vivir para siempre.

Sobre los Límites del Placer

Si no hubiera ningún límite natural para el placer, tomaría una eternidad satisfacer el número infinito de deseos que uno pudiera imaginar y soñar. La mente, sin embargo, es capaz de descubrir el límite natural y la cima del placer; es además capaz de liberarnos de todos los temores de cualquier vida después de la muerte, de forma que no necesitamos, ni deseamos, ni tememos a la eternidad. Por lo tanto, aún si nos llegase la hora de partir de esta vida, podemos acercarnos a nuestro descanso final con la absoluta confianza que hemos gozado todo el placer que fue posible gozar. El individuo que aprende cuáles son los límites naturales del placer sabe cuán poco se requiere verdaderamente para satisfacer sus necesidades y tener una vida feliz, y cuán fácil es obtenerla. Por lo tanto, es innecesario malgastar su vida luchando y fatigándose.

Sobre las Decisiones

En la toma de toda decisión, el principio básico debiera ser el objetivo último de la vida que tenemos frente a nosotros y lo que realmente sabemos y hemos experimentado (en lugar de lo que otros alocadamente imaginan): si nos apartamos de esta norma, nos veremos abrumados con la duda y la confusión. Si no tenemos claro en nuestra mente el objetivo último cuando requeramos tomar una determinación sobre seguir o evitar un particular placer o dolor, y procedemos en nuestra decisión de acuerdo con algún criterio menos reflexionado, nuestro comportamiento no será consistente con nuestros principios

Sobre las Opiniones

Si negamos o descartamos todo aquello que sabemos y hemos experimentado, no quedará nada para servirnos como principio fundamental cuando requiramos formarnos una opinión sobre cualquier asunto, ni siquiera aquellos puntos de vista que reconocemos como falsos.

Sobre la Duda y Confusión

La confianza absoluta al determinar lo que es cierto y lo que es alucinatorio es sólo posible si aprendemos a distinguir claramente entre aquellas ideas que se basan en lo que sabemos y hemos experimentado y aquellas otras que tienen su origen en la imaginación y nada más. En otras palabras, si damos la misma autoridad a la imaginación y a nuestros sentimientos internos que el que damos a lo que sabemos y hemos experimentado, nunca estaremos completamente seguros respecto de nada, toda vez que no habrá un principio básico con el cual eliminar la duda y la confusión.


Carta a Meneceo (Fragmento)
1.

Parte de nuestros deseos son naturales, y otra parte son vanos deseos; entre los naturales, unos son necesarios y otros no; y entre los necesarios, unos lo son para la felicidad, otros para el bienestar del cuerpo y otros para la vida misma. Conociendo bien estas clases de deseos es posible referir toda elección a la salud del cuerpo y a la serenidad del alma, porque en ello consiste la vida feliz. Pues actuamos siempre para no sufrir dolor ni pesar, y una vez que lo hemos conseguido ya na necesitamos de nada más.
2.

Por eso decimos que el placer es el principio y fin del vivir feliz. Pues lo hemos reconocido como bien primero y connatural, y a partir de él hacemos cualquier elección o rechazo, y en él concluimos cuando juzgamos acerca del bien, teniendo la sensación como norma o criterio. Y puesto que el placer es el bien primero y connatural, no elegimos cualquier placer, sino que a veces evitamos muchos placeres cuando de ellos se sigue una molestia mayor. Consideramos que muchos dolores son preferibles a los placeres, si, a la larga, se siguen de ellos mayores placeres. Todo placer es por naturaleza un bien, pero no todo placer ha de ser aceptado. Y todo dolor es un mal, pero no todo dolor ha de ser evitado siempre. Hay que obrar con buen cálculo en estas cuestiones, atendiendo a las consecuencias de la acción, ya que a veces podemos servirnos de algo bueno como de un mal, o de algo malo como de un bien.
3.

La autosuficiencia la consideramos como un gran bien, no para que siempre nos sirvamos de poco, sino para que cuando no tenemos mucho nos contentemos con ese poco; ya que más gozosamente disfrutan de la abundancia quienes menos necesidad tienen de ella, y porque todo lo natural es fácil de conseguir y lo superfluo difícil de obtener. Los alimentos sencillos procuran igual placer que una comida costosa y refinada, una vez que se elimina el dolor de la necesidad.

Por ello, cuando decimos que el placer es el objetivo final, no nos referimos a los placeres de los viciosos -como creen algunos que ignoran, no están de acuerdo o interpretan mal nuestra doctrina-, sino al no sufrir dolores en el cuerpo ni estar perturbado en el alma. Porque ni banquetes ni juergas constantes dan la felicidad, sino el sobrio cálculo que investiga las causas de toda elección o rechazo y extirpa las falsas opiniones de las que procede la gran perturbación que se apodera del alma.
4.

El más grande bien es la prudencia, incluso mayor que la filosofía. De ella nacen las demás virtudes, ya que enseña que no es posible vivir placenteramente sin vivir sensata, honesta y justamente, ni vivir sensata, honesta y justamente sin vivir con placer. Las virtudes están unidas naturalmente al vivir placentero, y la vida placentera es inseparable de ellas.


Carta a Herodoto (Fragmento)
1.

Para aquéllos, oh Herodoto, que no pueden tener un conocimiento perfectamente exacto de cada uno de mis escritos sobre la Naturaleza, y estudiar a fondo los principales libros, más largos, que he escrito, he hecho un resumen de toda mi obra que permite retener más fácilmente las principales teorías. Podrán, así, evitarse el tener que hacerlo ellos mismos con mis ideas principales en la medida en que se interesen por la naturaleza.
2.

Por otra parte, quienes conocen ya a fondo mis obras completas, necesitan tener presentes en la memoria las líneas generales de mi doctrina, pues a menudo tenemos más necesidad de un resumen que del conocimiento particular de los detalles. Hay que avanzar paso a paso reteniendo constantemente el conjunto de la doctrina para comprender bien sus detalles. Este doble efecto será posible si se comprenden bien y se retienen en su verdadera formulación las ideas esenciales, y si se las aplica seguidamente a los elementos, a las ideas particulares y a las palabras. Conoce a fondo la doctrina quien puede sacar partido rápidamente de las ideas generales. Pues es imposible poseer en su completo desarrollo la totalidad de mi obra si se es incapaz de resumir para uno mismo y en pocas palabras el conjunto de aquello en lo que se quiere profundizar particularmente, detalle a detalle.
Ya que este método resulta útil para todos los que estudian seriamente la física, aconsejo a todos los hombres decididos que se entregan asiduamente a tal estudio, y que buscan en ella el medio de obtener tranquilidad de vida, que hagan un resumen similar del conjunto de mis teorías.
3.

Hay que empezar, Herodoto, por conocer lo que se oculta en las palabras esenciales, a fin de poder, relacionándolas con los cosas mismas, formular juicios sobre nuestras opiniones, nuestras ideas y nuestras dudas. De este modo no corremos el riesgo de discutir hasta el infinito sin resultados y de pronunciar palabras vacías. En efecto, es necesario estudiar primeramente el sentido de cada palabra, para no tener necesidad de un exceso de demostraciones, cuando discutamos nuestras preguntas, nuestras ideas y nuestras dudas. Después hay que observar todas las cosas confrontándolas con las sensaciones y, de modo general, con las intuiciones del espíritu o cualquier otro criterio. Igualmente por lo que respecta a nuestras afecciones presentes, para poder juzgar según los signos los objetos de nuestra atención y los objetos ocultos.
4.

Cuando se haya visto todo eso se está preparado para estudiar las cosas invisibles y, en primer lugar, podemos decirnos que nada nace de nada, ya que si las cosas no tuvieran necesidad de semilla todo podría nacer de todo. Por otra parte, si lo que desaparece volviera a la nada, todas las cosas perecerían, ya que no podrían convertirse más que en nada. De lo que resulta que el universo ha sido siempre y será siempre lo que es actualmente, ya que no hay ninguna otra cosa en lo que se pueda convertir, y tampoco hay, fuera del universo, nada que pueda actuar sobre él para provocar un cambio.

El universo está formado por cuerpos. Su existencia queda más que suficientemente probada por la sensación, pues es ella, lo repito, la que sirve de base al razonamiento sobre las cosas invisibles. Si lo que llamamos el vacío, la extensión, la esencia intangible, no existiera, no habría lugar en el que los cuerpos pudiera moverse, como de hecho vemos que se mueven.
5.

Al margen de estas dos cosas no se puede comprender nada, - ni por intuición, ni por analogía con los datos de la intuición-, de lo que existe en tanto que naturaleza completa, ya que no estoy hablando de acontecimientos fortuitos o de accidentes.
6.

Entre los cuerpos, unos son compuestos, y otros son los elementos que sirven para hacer los compuestos. Estos últimos son los átomos indivisibles e inmutables, ya que nada puede convertirse en nada, y es necesario que subsistan realidades cuando los compuestos se desagregan. Estos cuerpos están llenos por naturaleza y no tienen en ellos lugar ni medio por el que pudieran destruirse. De lo que resulta que tales elementos deben ser, necesariamente, las partes indivisibles de los cuerpos. Por lo demás, el universo es infinito. En efecto, lo que es finito tiene un extremo, y el extremo se descubre por comparación respecto a otro. Así que, careciendo de extremo, no tiene, en absoluto, fin; y, no teniendo fin, es necesariamente infinito y no finito.
7.

El universo es infinito desde dos puntos de vista: por el número de cuerpos que contiene y por la inmensidad del vacío que encierra. Si el vacío fuera infinito y el número de cuerpos limitado, éstos se dispersarían en desorden por el vacío infinito, ya que no habría nada para sostenerlos y nada para unirlos a las cosas. Y si el vacío fuera limitado y el número de cuerpos infinitos no habría lugar donde se pudieran instalar.
8.

Por otra parte, los cuerpos llenos e indivisibles, de los que están formados y en los que se resuelven los compuestos, presentan formas tan diversas que no podemos conocer su número, ya que no es posible que tantas formas diferentes provengan de un número limitado y comprensible de figuras semejantes. Además, cada figura presenta un número infinito de ejemplares, pero, por lo que respecta a su diferencia, tales figuras no alcanzan un número absolutamente ilimitado. Su número es, simplemente, incalculable.
Además, los átomos están animados de movimiento perpetuo. Unos están separados por grandes intervalos; otros, por el contrario, conservan su impulso todas las veces que son desviados, uniéndose a otros y convirtiéndose en las partes de un compuesto. Es la consecuencia de la naturaleza del vacío, incapaz por sí mismo de inmovilizarlos. Por otra parte, su inherente solidez les hace rebotar, luego de cada choque, al menos en la medida en que su integración en un compuesto les permita rebotar luego de un choque.
9.

El movimiento de los átomos no ha tenido comienzo, ya que los átomos son tan eternos como el vacío.
10.

Por otra parte, hay una infinidad de mundos, sean parecidos al nuestro, sean diferentes. En efecto, siendo los átomos infinitos, como se acaba de demostrar, son llevados por su movimiento hasta los lugares más alejados. Y tales átomos, que por su naturaleza sirven, ya por sí mismos, ya por su acción, para crear un mundo, no pueden ser utilizados todos para formar un único mundo, o un número limitado de mundos, ni para los semejantes a éste, ni para los diferentes, de modo que nada impide que haya una infinidad de mundos.

Frases

* El cuerpo, en lances de amor, es parte indispensable del alma."

* "El hombre es rico desde que se ha familiarizado con la escasez."

* "El más grande fruto de la justicia es la serenidad del alma"

* El placer es el principio y el fin de una vida feliz.
Fuente: Carta a Meneceo, 128.

* "El que no considera lo que tiene como la riqueza más grande, es desdichado, aunque sea dueño del mundo."

* "El sabio no se esforzará en dominar el arte de la retórica y no intervendrá en política ni querrá ser rey."

* "La muerte es una quimera: porque mientras yo existo, no existe la muerte; y cuando existe la muerte, ya no existo yo."
o Otra versión: "La muerte, temida como el más horrible de los males, no es, en realidad, nada, pues mientras nosotros somos, la muerte no es, y cuando ésta llega, nosotros no somos".
Fuente: Carta a Meneceo, 125.

* La necesidad es un mal, pero no hay necesidad alguna de vivir con necesidad.
Fuente: Exhortaciones, 9.

* Las enfermedades duraderas proporcionan a la carne más placer que dolor.
Fuente: Máximas capitales, IV.

* "Nada es suficiente para quien lo suficiente es poco."
Fuente: Exhortaciones, 68.

* "No es verdaderamente impío el hombre que niega los dioses que la multitud venera, sino aquél que afirma de los dioses lo que la multitud cree de ellos "

* "¿Por qué temer la muerte, si mientras existimos, ella no existe y cuando existe la muerte, entonces, no existimos nosotros?"

* "¿Quieres ser rico? Pues no te afanes por aumentar tus bienes, sino en disminuir tu codicia."

* "Retírate dentro de ti mismo, sobre todo cuando necesites compañía."

* «¿Dios está dispuesto a prevenir la maldad pero no puede? Entonces no es omnipotente. ¿No está dispuesto a prevenir la maldad, aunque podría hacerlo? Entonces es perverso. ¿Está dispuesto a prevenirla y además puede hacerlo? Si es así, ¿por qué hay maldad en el mundo? ¿No será que no está dispuesto a prevenirla ni tampoco puede hacerlo? Entonces, ¿para qué lo llamamos Dios?».

* «¿Dioses? Tal vez los haya. Ni lo afirmo ni lo niego, porque no lo sé ni tengo medios para saberlo. Pero sé, porque esto me lo enseña diariamente la vida, que si existen ni se ocupan ni se preocupan de nosotros».



Argumento del mal de Epicuro:

1) o dios quiso eliminar el mal y no pudo.
2) o dios pudo eliminar el mal y no quiso.
3) o dios ni quiso ni pudo.
4) o dios quiso y pudo.
en el caso 1, dios es impotente lo que contradice su omnipotencia.
en el caso 2, dios es malvado lo que contradice su bondad suma.
en el caso 3, dios es impotente y malvado a la vez lo que contradice su omnipotencia y bondad.
en el caso 4, si dios quiere y puede acabar con el mal, ¿porque no elimina al mal?. en este caso dios es incoherente lo que contradice su perfección.
conclusión caso 1: si dios no es omnipotente no es dios, luego dios no existe.
conclusión caso 2: si dios no es bondadoso no es dios, luego dios no existe.
conclusión caso 3: si dios no es omnipotente ni bondadoso no es dios, luego dios no existe.
conclusión caso 4: si dios no es perfecto no es dios, luego dios no existe.
El argumento del mal de Epicuro (repetido por Bayle, Diderot, Shopenhauer, etc.) demuestra la inexistencia de Dios, ya que un Dios todopoderoso y bondadoso y la existencia del mal son mutuamente excluyentes, y se plantean los dilemas: o dios es malo o no existe; o dios es todopoderoso o bueno.

Dios Perfecto vs Imperfección del Mundo:
si Dios existe, Dios es perfecto.
si Dios existe, Dios creó al mundo.
si Dios es perfecto sólo puede crear cosas perfectas.
si Dios es creador creó un mundo en que abunda la imperfección.
pero un Dios perfecto no puede crear un mundo en el que abunda la imperfección.
por lo tanto, es imposible que un Dios perfecto créara al mundo.
luego, Dios no existe.

Dios Justo vs Dios Bueno:
si Dios existe, Dios es justo.
si Dios existe, Dios es bueno.
un Dios justo castiga los pecados con la exacta severidad que amerita.
un Dios bueno castiga los pecados con menos severidad de lo que amerita.
pero un Dios no pude castigar los pecados con la exacta y menos severidad al tiempo.
por lo tanto, es imposible que un Dios justo sea bueno.
luego, Dios no existe.

Dios Perfecto vs Dios Creador:
si Dios existe, Dios es perfecto.
si Dios existe, Dios es creador del mundo.
un Dios perfecto no tiene deseos ni necesidades.
un Dios creador tuvo el deseo de crear el mundo.
pero un Dios perfecto no puede tener el deseo de crear el mundo.
por lo tanto, es imposible que un Dios perfecto sea creador del mundo.
luego, Dios no existe.

Dios Omnipresente vs Dios Persona:
si Dios existe, Dios es omnipresente.
si Dios existe, Dios es persona.
un Dios omnipresente está en todas partes del espacio.
una persona no está en todas partes del espacio.
pero un Dios omnipresente no puede no estar en todas partes del espacio.
por lo tanto, es imposible que un Dios omnipresente sea persona.
luego, Dios no existe.

Dios Omnipresente vs Dios Trascendente:
si Dios existe, Dios es omnipresente.
si Dios existe, Dios es trascendente.
un Dios omnipresente está en todas partes del espacio.
un Dios trascendente está fuera del espacio.
pero un dios que está en todas partes del espacio no puede estar afuera del espacio.
por lo tanto, es imposible que un dios omnipresente sea trascendente.
luego, Dios no existe.

Dios Trascendente vs Dios Persona:
si Dios existe, Dios es trascendente.
si Dios existe, Dios es persona.
un Dios trascendente está fuera del tiempo.
una persona lleva a cabo acciones en el tiempo.
pero un Dios que está fuera del tiempo no puede llevar a cabo acciones en el tiempo.
por lo tanto, es imposible que un Dios trascendente sea persona.
luego, Dios no existe.

Dios Omnipotente vs Dios Malévolo: (ésta la saqué del libro de avanzada =D)
Si Dios fuera incapaz de evitar el mal no sería omnipotente.
Si no quisiera hacerlo sería malévolo.
El mal sólo puede existir si Dios no puede o no quiere impedirlo.
El mal existe.
Si Dios existe, es omnipotente y no es malévolo.
Luego, Dios no existe.

Paradoja de Epicuro. ¿Quiere pero no puede Dios erradicar el mal?
El problema del mal o Paradoja de Epicuro consiste, para la filosofía de la religión, en la contradicción que surge al combinar la existencia del mal y del sufrimiento en el mundo con la existencia de un Dios omnisciente, omnipresente, omnipotente y omnibenevolente.

Es decir, que el problema del mal emana de la suposición de que un Dios omnisciente y todopoderoso debería ser capaz de arreglar el mundo según sus intenciones. Como el mal y el sufrimiento existen, puede parecer que Dios quiere o permite que existan, por lo que no sería perfectamente bueno, o no sería omnisciente porque no se percata de todo el sufrimiento del mundo, o no es todopoderoso ya que no puede arreglar el mundo para eliminar de raíz el mal.

Ahora, quiero hacerle los siguientes comentarios:

¿cómo puede ser Omnipotente y Omnibenevolente a la vez? O quiere y no puede detener el mal, o no puede aunque quiera. O no puede y no quiere, y la opción de que quiera y pueda es evidentemente falsa, porque el mal existe. Dices: ¿O pretendemos que baje Jesús …. y nos obligue o castigue? Yo te respondo: No que baje y obligue, sino que Dios, de antemano, evite el mal. Si se supone que puede y que quiere (porque es bueno), entonces ¿por qué no lo ha hecho?

Si no puede/quiere controlar el mal ¿Por qué decir que es Omnipotente y Omnibenevolente? Si no quiere controlarnos, si prefiere que seamos libres, entonces es malévolo, porque puede, pero prefiere que suframos a intevenir con nuestra libertad.

“Dios está al lado del hombre en su sufrimiento) pienso que entonces, Dios permite el sufrimiento, y eso lo hace malévolo, no bueno.

No, no es igual de lógico. No se supone que Epicuro sea omnipotente. O sea, que no hay nada de interesante en que pueda o no entender a Dios (suponiendo que Dios exista). Lo que si es interesante, es que supuestamente Dios es omnipotente, (entonces puede detener el mal), pero no lo hace (obviamente hay mal), entonces es malévolo. Epicuro puede querer o no querer entenderlo, o poder o no poder entenderlo, pero es irrelevante. Lo relevante es que las características que se le atribuyen a Dios no pueden coexistir en un mismo ser. Y por otra parte, si aun vemos las estrellas que ya se apagaron, no significa que estén prendidas. Significa que vemos su luz viajando por el espacio, pero la estrella definitivamente está apagada.

Entonces, mientras tanto es malévolo. Porque lo tiene planeado, pero no quiere (o no puede) evitar el sufrimiento mientras tanto. Interesante.

Estamos hablando de un Dios que prefirió el libre albedrío al no-sufrimiento. Eso lo hace necesariamente malévolo. No puede ser bueno quien prefiere dejar que alguien sufra, teniendo la capacidad de evitarlo. Por otra parte, dices: “el tiene el poder para limpiar el mundo, y lo va a hacer pero, necesita saber quienes son los que verdaderamente tienen fe en el”. ¿entonces qué está esperando? Es malévolo mientras espera saber quienes son los que tienen fe, porque esa espera implica sufrimiento para los humanos.


¿Dios está dispuesto a prevenir la maldad pero no puede? entonces no es omnipotente. ¿no está dispuesto a prevenir la maldad, aunque podría hacerlo? entonces es perverso. ¿está dispuesto a prevenirla y además puede hacerlo? si es así, ¿por qué hay maldad en el mundo? ¿no será que no está dispuesto a prevenirla ni tampoco puede hacerlo? entonces, ¿para qué lo llamamos dios?


¿Dioses? Tal vez los haya. Ni lo afirmo ni lo niego, porque no lo se ni tengo medios para saberlo. Pero se, porque esto me lo enseña diariamente la vida, que si existen ni se ocupan ni se preocupan de nosotros.

El miedo a los dioses es absurdo, nos dice Epicuro, pues éstos en nada intervienen en los asuntos humanos y no se mueven por la ira ni la cólera ni tantos otros sentimientos que comúnmente se les atribuyen. Por el contrario, los dioses deberían ser un modelo de virtud y de excelencia a imitar, pues viven en armonía mutua manteniendo entre ellos relaciones de amistad.

"La necesidad (de religion y creer en dios o dioses) es un mal, pero no hay necesidad alguna de vivir con necesidad".

Por lo consiguiente dios no es todo poderoso,
dios no puede, ni quiere…
o simplemente dios HA MUERTO! Aleluya!!!
o la mas acercado a la realidad es que vivimos en un mundo NATURAL!
Sin dioses ni nadie que nos aterrorice en las noches!

La “religión cósmica” de Einstein

Así como inventó su física y su estilo de vida, Einstein también inventó su religión


Para rechazar la idea del azar, Albert Einstein afirmó:“Dios no juega a los dados”. Pero ¿en qué Dios creía Einstein? Guillermo Boido, profesor de Historia de la Ciencia de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, responde a las tres preguntas más frecuentes sobre las creencias del genio.

- ¿Negó Einstein alguna vez la existencia de Dios?
Luego de un período juvenil de escepticismo religioso, Einstein expresó una profunda religiosidad que lo acompañaría durante el resto de su vida. Uso este término y no el de religión porque no creía en algún dios personal que se ocupe del destino de sus criaturas, en ninguna clase de divinidad que otorga premios y castigos, a la cual se asocia la posibilidad de salvación de determinado grupo social y de los individuos. Nunca practicó religión institucional alguna, como el judaísmo o el catolicismo. Sin embargo, su religiosidad derivaba de su creencia en un Dios muy particular, que se expresa en la armonía, la legalidad y la racionalidad del universo. Así puede ser entendida su afirmación de que era "un no creyente profundamente religioso". Y por ello siempre negó que fuese ateo.
-¿A qué cosmovisión religiosa adhería, entonces?
La de Baruj Spinoza, el gran filósofo del siglo XVII. Afirmó muchas veces su creencia en el Dios de Spinoza, el cual “se revela en la ordenada armonía de lo que existe”, y no en un Dios que se interese por el destino y por los actos de los seres humanos. Aquí Dios y la naturaleza se identifican, y este sesgo panteísta es común a Spinoza y a Einstein. De hecho, Einstein habló en ciertas oportunidades de un “sentimiento religioso cósmico" o “religión cósmica”, una forma suprema de religiosidad que no estaría fundada en Revelación alguna, ni daría origen a una concepción antropomórfica de Dios, ni a una religión institucionalizada, ni a una teología sistemática.
-Sus ideas sobre Dios, ¿eran importantes en sus concepciones científicas?
Sí. Sus concepciones acerca de la ciencia (particularmente de la física) se fundaban en su creencia de que las especulaciones científicas provienen de un profundo sentimiento religioso; sin él, no serían posibles la ciencia y el arte. Como Spinoza, afirmaba que en la naturaleza todo acontece de acuerdo con leyes inmutables y deterministas, lo cual le impidió aceptar la llamada a la interpretación ortodoxa de la mecánica cuántica, adoptada por la llamada “escuela de Copenhague”, según la cual el carácter de las leyes físicas, en el dominio de la microfísica, es esencialmente estadístico o probabilístico, no determinista. Las propiedades de un sistema cuántico en un cierto instante, según esta interpretación, no determinan unívocamente las propiedades del mismo en un estado posterior. Esta posición alejó a Einstein de los puntos de vista adoptados por la mayoría de los físicos de su época.

“Dios es sutil, pero no malicioso”. “Dios no juega a los dados”. la concepción de Einstein era una “religión cósmica”.
Las célebres frases de Einstein parecen ir en contra de esa visión popular según la cual ciencia y religión no se tocan.


¿Cuál era su concepción del Universo? según Gerald Holton, profesor de física y de historia de la ciencia de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, la concepción de Einstein era una “religión cósmica”,

En “El tercer paraíso de Einstein”, Holton señala que el físico pasó de un período religioso a otro científico y finalmente a una visión del cosmos que conjugaba a ambos.

Holton tuvo un acceso único a los textos de Einstein, ya que fue designado curador de sus documentos, con el objetivo de ponerlos a disposición de la investigación científica.

El profesor Holton explicó a BBC Mundo en qué consiste el “tercer paraíso” de Albert Einstein.

Einstein hablaba mucho sobre Dios. ¿Cree Usted que creía en Dios?

El Dios en el que creía Einstein era el Dios de Spinoza, de modo que la Naturaleza y Dios se identifican

Definitivamente sí. Pero debemos recordar que así como inventó su física y su estilo de vida, también inventó su religión.

Era el Dios de Spinoza, que introdujo la racionalidad en el mundo, de modo que la Naturaleza y Dios se identifican.

¿Cómo llegó Einstein a esta idea?

Un proceso. Cuando niño, recibió instrucción religiosa en una escuela católica. Pero en casa recibió también instrucción en el judaísmo.

Dejó de un lado este aspecto religioso, y se dedicó del todo a la ciencia. Bastante después por 1929, cuando vio tanto antisemitismo volvió a preocuparse del tema.

En uno de sus textos (…) vemos no sólo que ha estado leyendo a Spinoza sobre ética, un libro que Einstein leyó y releyó muchas veces.

En ese libro Spinoza usó a Euclides como modelo, es decir, usa algunas afirmaciones como axiomas, “Dios existe”, “la naturaleza existe”, entonces, ¿cuál es la relación entre ellos?

Y luego extrae como conclusión que existe una forma de llegar a Dios a través de la naturaleza. Ahí está la conexión entre ambos y eso es lo que Einstein llamó su religión cósmica.

¿En qué consistía esa nueva visión de la religión?

Creía que la religión en el pasado respondía al miedo y en nuestros días a consideraciones éticas, con la idea de un Dios personal que nos atiende a cada uno de nosotros.

Einstein dijo, eso es del pasado. La nueva religión cósmica tendrá lugar cuando entendamos que Dios es inmaterial y mira al Universo como un todo y lo sostiene.

Es una religión que se eleva por encima de lo personal. No creía que necesitemos tener un Dios que nos atiende a cada uno de nosotros todo el tiempo.

¿Dónde queda el libre albedrío?

Está muy explicado en su pequeño libro “Ideas y opiniones”, que recomiendo mucho a todos los lectores.

Einstein no creía en el libre albedrío, estudiaba a Schopenhauer y otros que creían en el determinismo. Einstein creía en la causalidad clásica. Creía que las cosas están determinadas a partir de condiciones iniciales y que el libre albedrío es una ilusión.

Einstein se refirió a la búsqueda de la Verdad y la Belleza y hablaba de una “estructura maravillosa de la existencia”.

¿Cree Usted que sus teorías científicas lo llevaron a esa religión cósmica?

Muchos físicos creían que la principal razón por la cual una teoría es correcta, antes de que sea posible comprobarla, es que debe tratarse de una teoría de extrema belleza en varios sentidos, en su simetría, en su simplicidad.

La teoría de la relatividad espacial a la que llegó cuando era muy joven era para él una forma de plantear una física de mayor belleza.

Antes de Einstein, la física era vista como una herramienta para resolver problemas planteados por experiencias de laboratorio.

Einstein dijo desde un comienzo, la tarea suprema de un físico no es hacer eso, aunque también sea un aspecto necesario. La misión principal es entender a los fenómenos físicos en su conjunto, como parte de un todo, vistos desde lo alto, como los vería Dios. Y tratar de hacer más racionales y más bellas las distintas partes.

Por ejemplo, con su teoría de la relatividad especial, lo que dijo fue, hay gente que trabaja con el espacio, o el tiempo, con energía o con masa. Pero cuando uno lo ve “desde lo alto”, ve que la energía y la masa están relacionadas, que el espacio y el tiempo están vinculados en un contínuo espacio tiempo. Él integró fenómenos, en vez de resolver problemas aislados.

Y esa era para él la forma correcta de explicar un Universo estéticamente bello.

En sus artículos sobre ética, Einstein cita a Moisés, Jesús y Budha como “profetas igualmente válidos”.¿A qué se refería exactamente?

Einstein escribió un ensayo sobre ética en un prefacio a un libro de Philip Frank sobre relatividad. Einstein se pregunta, ¿cómo surgen las ideas fundamentales de la ética?

Se respondió que para eso, se necesita gente muy especial con un talento especial para encontrar esas ideas clave, de las que se deducen otras. Por ejemplo, la idea de que los diez mandamientos llevan a una sociedad mejor.

Él decía que había gente así en nuestra historia y los nombra, Moisés, Jesús, Budha, luego incluye también a Demócrito, San Francisco de Asís, Gandhi, que son, en ética, algo así como el equivalente a Einstein en física, que ven el todo, en vez de ocuparse sólo de castigos y recompensas por pequeños actos.

El libro donde se encuentran estos pensamientos es “Relatividad, la verdad más profunda” Relativity, the richer truth . El prefacio fue escrito por Einstein, que era amigo de Philip Frank, quien fue uno de sus biógrafos.

En general se piensa que la religión y la ciencia no se mezclan.

Seguramente las ideas de Einstein diferían de las de muchos científicos de su época.

Einstein decía que había gente en nuestra historia y los nombra, Moisés, Jesús, Budha, luego incluye también a Demócrito, San Francisco de Asís, Gandhi, que son, en ética, algo así como el equivalente a Einstein en física

Creo que la mayoría, como Niels Bohr, estaban bastante fastidiados. Es muy conocido, por ejemplo, el comentario de Karl Popper, quien dijo “hablé con Einstien un buen rato, pero habló sobre todo de Dios y fue muy aburrido”.

Así que había muchos científicos que no querían oir hablar de estos temas. Pero también había algunos pocos que compartían sus ideas.

Y yo creo, que en el largo plazo, esa idea del “tercer paraíso” que conecta a la ciencia con la religión será cada vez más atractiva.

Estamos ahora entrando en una fase de la historia en que cada vez más gente se interesa por la relación entre ciencia y religión, y creo que explorarán esas ideas.

Los ideales que iluminan mi camino y una y otra vez me han dado coraje para enfrentar la vida con alegría han sido la Amabilidad, la Belleza y la Verdad
Albert Einstein, “El mundo como yo lo veo”

Einstein no creía que necesitemos tener un Dios que nos atiende a cada uno de nosotros todo el tiempo


Estoy satisfecho con el misterio de la eternidad de la vida y con el conocimiento, el sentido, de la maravillosa estructura de la existencia. Con el humilde intento de comprender aunque más no sea una porción diminuta de la Razón que se manifiesta en la naturaleza.
Albert Einstein, “El mundo como yo lo veo”

El Dios en el que creía Einstein era el Dios de Spinoza, de modo que la Naturaleza y Dios se identifican



Baruch Spinoza


Partiendo de la innegable influencia de Descartes, creó un sistema muy original, con mezcla de elementos propiamente judíos, escolásticos y estoicos. En lo que se refiere a Descartes, éste había considerado la existencia de tres sustancias: el pensamiento, la extensión y Dios. Spinoza reduce estas tres sustancias a una sola: sustancia divina infinita, que según la perspectiva que se adopte, se identifica bien con Dios o bien con la Naturaleza (ambos términos llegan a ser equivalentes para él, según su célebre expresión Deus sive Natura).

Para Spinoza, la substancia es la realidad, que es causa de sí misma y a la vez de todas las cosas; que existe por sí misma y es productora de toda la realidad; por tanto, la naturaleza es equivalente a Dios. Dios y el mundo, su producción, son entonces idénticos. Todos los objetos físicos son los "modos" de Dios contenidos en el atributo extensión. Del mismo modo, todas las ideas son los "modos" de Dios contenidas en el atributo pensamiento. Las cosas o modos son naturaleza naturada, mientras que la única substancia o Dios es naturaleza naturante. Las cosas o modos son finitas, mientras que Dios es de naturaleza infinita y existencia necesaria y eterna.

Este cambio tiene la ventaja, sobre la filosofía cartesiana, de borrar de un plumazo los problemas que presenta la filosofía de Descartes para explicar la posibilidad del conocimiento: dado que el pensamiento y la extensión son dos de los infinitos atributos de Dios, distintos e independientes el uno del otro (paralelismo de los atributos), ¿cómo se puede conocer el mundo? Descartes había resuelto este problema de una manera aparentemente gratuita, amén de insatisfactoria, señalando la comunicación de éstas sustancias en la glándula pineal.

Con Spinoza, pues, ya no existe este problema: se puede conocer el mundo, porque el entendimiento, en tanto parte del entendimiento de Dios, es una modificación o "modo" de la misma sustancia divina, entendimiento infinito de Dios, que "piensa" su objeto extenso o cuerpo, de modo que el entendimiento puro puede "aprehender" la realidad, porque el alma, o sea la idea del cuerpo, "replica" lo que afecta a éste cuerpo. La unidad del alma y el cuerpo está justificada por la unidad de la sustancia infinita de la que son sus modificaciones finitas o modos.

Pero, a la vez, abre un tremendo problema para explicar la libertad humana. La anterior distinción de Descartes en tres sustancias le permitió sustraer del determinismo mecanicista, al entendimiento, con lo cual el ser humano mantendría su libertad. El mecanicismo sostiene que todo el Universo está determinado por leyes, con lo cual cualquier ente que esté dentro de él también estará sujeto a dichas leyes, incluido el ser humano. Descartes y Spinoza son mecanicistas, pero el primero salva el problema a través de su postulado de las tres sustancias: el mecanicismo (por tanto el determinismo o ausencia de libertad) sólo afecta a la sustancia extensa o mundo, pero no a la sustancia pensante o entendimiento.

Pero, al postular Spinoza una sola sustancia, ¿cómo es posible que exista la libertad humana, si todo está sometido a una inexorable regulación permanente? Spinoza acaba afirmando un determinismo (negación de la libertad humana) riguroso, aunque deja el resquicio de una definición poco alentadora y paradójica de libertad: la libertad humana aparece cuando el ser humano acepta que todo está determinado; la libertad no depende de la voluntad sino del entendimiento; el hombre se libera por medio del conocimiento intelectual.

En el campo de la filosofía Spinoza se declara monista, esto es, no cree en la existencia de un dualismo cuerpo-alma. Para Spinoza el hombre es cuerpo y mente, y todo en su conjunto es parte de una sustancia universal con infinitos modos e infinitos atributos, algo que da lugar a un "monismo neutral".

También es determinista, lo que supone que no cree en el libre albedrío: asegura que el hombre está determinado por leyes universales que lo condicionan mediante la ley de la preservación de la vida. Así, afirma que ser libre es regirse por la razón frente a la sumisión, por ejemplo, a la religión.

Lilith la rebelión feminista

Al leer sobre el creacionismo y mitilogia judeocristiana, nos encontramos siempre con dos figuras Adan y Eva, pero la mayoria de los cristianos no conocen cultura judaica y mucho menos cultura pre judaica de medio oriente y no conocen que para los judios antes de Eva hubo otra mujer y fue Lilith.

La huella de Lilith, mujer íntegra y como tal quería gozar, al igual que Adán, de la vida y de todo lo que ésta implicaba, incluidos la sexualidad y el erotismo

La mitología de Lilith es fascinante. Desde hace algunos años el feminismo ha venido a enseñar que las mujeres pueden ser otra cosa que madres, monjas y bitch.

Obras como las de Jean Shinoda Bolen "Las Diosas en cada Mujer", nos han ofrecido otros arquetipos con los cuales identificar a las mujeres: Atenea, Persepoles, Afrodita, Demeter....

Ello ha coincidido con una mayor independencia económica de la mujer y con una mayor aceptación por parte de la sociedad de la mujer en los roles no-tradicionales (Médico o abogado , por ejemplo).

LILITH es un demonio, al menos así lo considera la Religión Hebrea que le atribuye el robo de niños de corta edad a los que se lleva de su cuna por la noche.

Hay que recordar que al igual que los cristianos trasformaron en demonios a los dioses de la antigua europa pre cristiana, los judios trasformaron a los dioses de medio oriente en demonios, en realidad la figura de demonio es una invencion judaica para poner por en ensima a su Dios, pero lilith para los babilonico era la Diosa del viento no un demonio o algo malo.

Sin embargo, Lilith no nació demonio segun la tradicion judaica fue la primera esposa de Adán, creada por Yahavé a la vez que éste y como su igual. Pero ante la pretensión de Adán, apoyada por Yahvé, de que ella debía someterse a la voluntad de su marido; ella le respondió con un moderno "ahí te las den todas" y se marcho del Paraíso dando un portazo. Con ello, evidentemente, no le quedaba mas remedio que unirse a las huestes del Enemigo de Yahvé.

Lilith, tiene apetitos sexuales, es una mujer que se va a la cama con quien le place y a quien nadie posee. El goce de la sexualidad, sin animo de procreado, otra de las de las prohibiciones habituales en contra de las mujeres en casi todas las culturas. Lilith no es tierna, no es dependiente, no busca el amor sino sexo.

Por ello puede enloquecer a los hombres como una "femme-fatale".

Lilith es el espíritu del viento, representa a una doncella alada de gran belleza, cuya función era conducir a los hombres al templo de Ishtar para celebrarlos ritos sexuales con las sacerdotisa vírgenes.

En su origen, por lo tanto, Lilith es, literalmente, un espíritu libre, "la mano de Ishtar",dedicada a los sagrados placeres del amor sexual.

La llegada del patriarcado puso fin a los ritos sexuales celebrado en el templo de la Diosa, eliminando así la fuente principal del poder femenino, al considerarlo como, algo digno de ser temido por su influencia sobre los hombres, y que por lo tanto debía mantenerse bajo control.

De ese modo, la sexualidad femenina se convirtió en algo diabólico. Lilith, de un espíritu del viento pasó a ser un demonio alado. Sus alas son uno de sus atributos. Gracias a ellas Lilith jamás puede ser atrapada.

Personifica ese aspecto de lo Femenino profundo que no puede ser sometido por nada ni por nadie, porque es libre, Y esto es algo que queda reflejado en todos los mitos en los que aparece.

Lilith siempre se escapa, huye volando.

Cuentan que Innana mando a llamar a Gilgamesh porque su sauce sagrado no daba ramas ni hojas, pues en sus raíces había anidado la serpiente que no podía ser encantada; en su tronco Lilith había creado su hogar y en su copa el pájaro Anzu se había instalado con su polluelo. Entonces Gilgamesh mato a la serpiente y talo el árbol, de modo que Anzu huyó con su polluelo a las montañas y Lilith destruyo su casa y voló a las tierras salvajes y deshabitadas. Igual que, según las escrituras hebreas, también se fue volando del Eden porque ya no soportaba a Adán, ya que no estaba de acuerdo con sus pretensiones de dominio hacia ella.

Lilith se revela contra la imposición patriarcal- no contra el hombre-porque ella sabe que la evolución sólo es posible gracias al juego equilibrado de ambas polaridades, femenina y masculina. Y mientras Lilith no sea aceptada como la otra mitad que hace posible el acceso al todo, seguirá en el exilio, ya sea en las tierras inhabitadas donde huyó Gilgamesh, ya sea en el mar Rojo donde huyó de Adán.

El mito del sauce de Innana, en cuya base anida la serpiente, en cuyo tronco Lilith tiene su hogar y en cuya copa el pájaro Anzu vive con su polluelo.

Lilith está, desde el comienzo, relacionada directamente con los ritos de sexualidad. Estos ritos no eran necesariamente ritos de fecundación, sino tántricos, encaminados hacia un objetivo que es la iluminación. Ella ejerce el papel de mediadora entre la serpiente que no puede ser encantada y el fiero pájaro Anzu. Es decir, ella es quien comunica a los dos extremos del árbol, que simboliza nuestra columna vertebral así como la del sistema Tierra-Luna. Ella conoce los ritos y nos puede guiar en nuestra evolución transformando nuestra energía sexual en consciencia plena.

Es comprensible que Lilith haya sido transformada en demonio, apareada con demonios y madre de demonios, y todo ello estando en el exilio, bien lejos, porque a fin de cuentas ella encarna lo que más puede temerse del viejo orden, y por lo tanto la sombra del orden nuevo.

Lilith es lo que jamás podrá ser dominado, ni eliminado, ni manipulado, porque ella esta por encima de todo, permanece fiel a su propia verdad.

Y en virtud de esa lealtad siempre elige aquello que esta en armonía con su naturaleza, no permite que los de mas elijan por ella, no hace concesiones.

Nadie la expulso del Paraíso, y nadie le negó tampoco la entrada, por tanto Lilith sigue siendo libre de volver y puede , por la misma razón, indicarnos el camino de regreso al hogar.

De hecho también se ha dicho que Lilith se presento en el Edén como la serpiente enroscada en el árbol del Bien y del Mal, lo cual sugiere que entraba y salía libremente del Paraíso. Y bajo la forma de serpiente, sugiriendo una vez mas su vínculo con Kundalini.

La serpiente, los demonios, los Luciferes, que son los portadores de la luz que se alojan en nuestra columna vertebral, el extremo de su cola apoyado en nuestros genitales, su cabeza en nuestro cerebro. Lilith es también portadora de luz, y habita en el centro del árbol. Solo ella puede establecer el contacto entre la serpiente y el pájaro.

Tenemos por lo tanto un espíritu del viento, una divinidad alada que es libre. Tenemos también un demonio que nos tienta a indagar más allá de nuestros límites inmediatos,. Tenemos una serpiente que nos entrega la llave del conocimiento. Tenemos además una entidad que nos insta a ser fieles a nosotros mismos, a renunciar a aquello que nos permite ser quienes verdaderamente somos.

Seamos conscientes de ello o no, nos estamos paseando constantemente en un mundo de luces y sombras, al hilo de la frontera que nos separa de, o nos une, a, nosotros mismos.

Lilith promete algo tan simple como la unión a través de la fidelidad a uno mismo lo cual, en definitiva, es integridad o unidad. La división dentro del uno es el resultado de aquella división entre la mujer y el hombre, lo Masculino y lo Femenino. Y esa división es el enfrentamiento, la lucha, la insatisfacción, la separación, la soledad y el miedo


Robert Graves y Rafael Patai refieren este mito de la siguiente manera:

Adán y Lilit nunca hallaron armonía juntos, pues cuando el deseaba yacer con ella, Lilit se sentía ofendida por la postura reclinada que él exigía. "¿Porqué he de yacer debajo de ti? -preguntaba-. Yo también fui hecha con polvo y por tanto, soy tu igual."" Como Adán trató de obligarla a obedecer, Lilit pronunció el nombre mágico de Dios, se elevó por los aires y lo abandonó.
Adán se quejó a Dios: "Mi compañera me ha abandonado". Dios envió inmediatamente a los ángeles Senoy, Sansenoy y Semangelof para que buscaran a Lilit y la hicieran volver. La encontraron junto al mar Rojo, región que abundaba en demonios lascivos, con los cuáles engendró lilim a razón de más de cien al día. "¡Regresa con Adán de inmediato -dijeron los ángeles- o te ahogaremos!" Lilit preguntó: "¿Cómo puedo regresar con Adán y vivir como una esposa honesta después de mi estancia en el mar Rojo?". "¡Si te niegas morirás!", replicaron ellos."¿Cómo puedo morir -volvió a preguntar Lilit- si Dios me ha ordenado que me haga cargo de todos los recién nacidos: de los niños hasta el octavo día de vida, el de su circuncisión, y de las niñas hasta el vigésimo día? No obstante, si alguna vez veo vuestros tres nombres o vuestras efigies en un amuleto sobre un recién nacido, prometo perdonarle la vida8." Los ángeles accedieron al trato, pero Dios castigó a Lilit haciendo que un centenar de sus hijos demoníacos perecieran cada día; y cuando ella no podía destruir la vida de un infante debido al amuleto angelical, se volvía en rencor contra los suyos propios."

A los judíos les debemos en gran parte lo que se ha calificado como la «racionalidad occidental», esto se debe principalmente a su condición de religión monoteísta. El monoteísmo constituye una suerte de «abstracción de la razón» que posibilitó que la humanidad cambiara por así decirlo, de estadio de conciencia frente al mundo, superando la explicación mítica de la realidad. Con todo, no deja de ser curioso el hecho de que esta única deidad se haya considerado de carácter masculino, rompiendo con el concepto de Diosa Madre que manejaban casi todas las religiones primitivas. Es fácil comprender por qué se equiparó el dios principal con la madre y la tierra con su vientre y demás metáforas alusivas al «origen» del mundo.

La furia de la diosa trató de paliarse en el cristianismo con la figura de la Virgen María, madre de todos los hombres.

En la mística hebrea existe, empero, una misteriosa figura femenina que nosotros, los «gentiles», no hemos estudiado suficientemente; se trata de Lilith, quien según la cábala fue la primera mujer de Adán. Al igual que éste, Lilith fue hecha a imagen y semejanza de la divinidad y por tanto tenía, digamos, su mismo estatus ontológico. Desde el principio se caracterizó por su insumisión al primer macho, y por sus constantes desacuerdos abandonó el paraíso; cuentan que, despechada, se convirtió en un demonio. Para asegurarse de suministrarle una compañera adecuada, Yavé sacó a Eva (la segunda) de una costilla de Adán, y así cambió la primigenia igualdad. Eva, la media costilla, encarnó desde siempre la sumisión de la mujer instaurada desde el orden celestial.

Ad portas del siglo XXI, el interés que puede tener el mito hebreo de Lilith es la posibilidad de representar a la nueva mujer, la cual no se siente identificada con las figuras evocadas por sus tradiciones culturales. Si esto es posible, se lo dejo a las estudiosas del género; mientras tanto sólo quiero compartir lo poco que sé sobre la historia de esta diablesa que ha vuelto por sus fueros.

Para algunos Lilith corresponde a la Lamia de los griegos —una reina abandonada por Zeus—, a la Brunilda de los nibelungos en contraposición a Crimilda. Para otros tiene origen en un demonio asirio-babilonio llamado Lilit o Lilu.

Etimológicamente viene del hebreo layil, que significa noche, y aparece representada como un demonio nocturno peludo o sublimada como una mujer de cabellos muy largos.

Por su parte, la Biblia ha sido completamente ajena a la figura de Lilith, exceptuando un pasaje de Isaías en el cual la nombra viviendo entre las ruinas del desierto, acompañada de sátiros y animales.

Cuentan que el principal obstáculo en las relaciones entre Adán y Lilith se presentaba cuando él quería acostarse con ella y le exigía ponerse debajo, lo que Lilith consideraba una ofensa por ser su igual. Según Robert Graves, «las hechiceras griegas que adoraban a Hécate eran partidarias de colocarse encima… y así se ve en las primitivas representaciones sumerias del acto sexual…». Éste es, posiblemente, el origen de esta parte de la leyenda.

Parece que Lilith, furiosa ante la tentativa de Adán de recostarla, pronunció el nombre mágico de Dios y desapareció.

Lo que pasó después es tema de un estudio más profundo. Dicen que se dedicó a seducir a los hijos de Adán y Eva, o que tuvo hijos con los demonios y los devoraba; incluso en un relato de Primo Levi parece que terminó como amante de Dios y que, mientras «vivan en pecado», el mundo seguirá como hasta ahora. En otra versión más compleja se encuentra equiparada a la serpiente y según parece sedujo a la mismísima Eva, pero esto ya lleva trazas de difamación.

Mientras que la literatura y la poesía han encontrado en el mito de la primera mujer de Adán una inagotable fuente de inspiración, el estudio de este tema a la luz de otras consideraciones hasta ahora está empezando y espero que, especialmente las mujeres, se dediquen a arrojar luces sobre la vilipendiada figura de Lilith. Por ahora, mientras seguimos ganando terreno en el mundo, podremos dedicarnos con más ímpetu a re-interpretar los mitos que más nos representen en el advenimiento de la nueva era.

Lilith no obedeció la orden de sumisión que le impusieron; pensaba que era igual a su marido, que tenía los mismo derechos que él porque habían sido creados con el mismo barro, no se sentía inferior, ni débil, ni dependiente. Era una mujer íntegra y como tal quería gozar, al igual que Adán, de la vida y de todo lo que ésta implicaba, incluidos la sexualidad y el erotismo.

Génesis 1 27. "Y Dios creó al hombre a su imagen yu semejanza; lo creó a la imagen de Dios, los creó varón y mujer.
28. Y los bendijo, (…)."

El varón se llamó Adán y la mujer Lilith (según consta en la literatura hebrea). Lilith, la primera esposa de Adán estaba hecha con "arcilla del suelo", igual que él. Era hermosa, vital, inquieta, inquisitiva… libre… y no disimulaba su risa cuando Adán, todavía un novato en esto de estar en el Paraíso, se equivocaba. La mirada divertida y burlona de Lilith lo desconcertaba. ¿Cómo se podía reir de él, que estaba hecho a imagen y semejanza de Dios y Dios era perfecto y todo lo hacía bien?

Los primeros tiempos, Adán estaba entusiasmado con esta mujer, que representaba todo un desafío. Pero después se cansó de tener que reflexionar con ella, negociar y llegar a acuerdos en los que en ocasiones, según él, "salía perdiendo"… además ella no quería estar siempre "abajo", sabía lo que quería y pedía lo que tenía ganas. Era muy demandante.

Fue por esa época que él se tomó muy en serio lo de "dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a todos los seres vivientes que se mueven en la tierra", y comenzó a dar órdenes que Lilith prolijamente no cumplía. Desalentado visitaba a Dios y le contaba sus tribulaciones. El Creador, cansado de tantos lamentos, habló con Lilith:

"Adán es un buen muchacho, mirá que paciencia que te tiene, ¿dónde vas a encontrar otro? Mejor hacele caso."

¿Hacerle caso? ¿Subordinarse a ese "buen muchacho" incapaz de entender que eran diferentes, pero que eso no significaba ser mejor o peor, reacio a aceptar una convivencia sin jerarquías, en un plano de igualdad? No, decididamente NO. Habían sido creados el mismo día y de la misma manera, por lo tanto tenían los mismos derechos, argumentó y se fue a nadar despreocupada en la cascada, exhalando a su paso un aroma a hierbas y musgo que hizo suspirar al creador. Indudablemente la "rebeldía" tenía su encanto.

Un día, cansada de los lloriqueos de Adán y de las presiones de Dios, decidió que el Paraíso no tenía nada de maravilloso y se fue. Así de simple, sin sentir una pizca de remordimiento o de culpa. El pecado todavía no existía. Cuentan que le dejó todo a Adán, no se llevó ni una hoja de parra. Su desnudez la hacía sentir hermosa y fuerte.

Dios respiró aliviado creyendo que habían acabado todos los problemas, pero no. Adán estaba insoportable: a pesar de toda su cacareada autosuficiencia, la soledad le pesaba. Ya nadie aplaudía lo que hacía, ni le daba las gracias, ni… Ni las sumisas ovejas, ni las juguetonas cabras podían compararse con Lilith. ¡Realmente cómo se habían divertido!

La tristeza de Adán conmovió al Creador… además, quería sacarselo de encima; había que reconocer que, sin una mujer, se ponía muy fastidioso. Entonces, decidió darle una compañera menos "independiente".

Génesis 1 18. Después dijo el Señor Dios: "No conviene que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada". (…), con la costilla que había sacado del hombre, el Señor Dios formó una mujer y se la presentó al hombre.
23. El hombre exclamó: ¡Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne!
Se llamará Mujer, porque ha sido sacada del hombre".

Lo que sigue es historia conocida.

El Desafio de Lilith
La mujer que se revelo a Yavhe, por defender su derechos.
Lilith, la sombra de Eva

Lilith, aquella que surgió al mismo tiempo que Adán de las manos del Creador es, según el mito, una criatura espontánea y libre, de fascinante belleza, que posteriormente se convirtió en un ente maléfico, en un ser de la oscuridad pero que, en todo caso, guarda en sí, como símbolo, un sentido que la emparenta con la Gran Madre de las civilizaciones antiguas, sobre todo en su aspecto tenebroso.



LOS SÍMBOLOS Y EL LENGUAJE SIMBÓLICO
Se ha dicho que el lenguaje simbólico es el verdadero lenguaje de la Humanidad, característico del mundo interior humano. Lengua olvidada, sin embargo, que emerge en nuestro ámbito onírico, en nuestra imaginación, nuestra fantasía y también a través de la creación artística, cuando podemos dejar a un lado la mente que analiza, divide y parcela; nos habla, igualmente, desde los mitos y los cuentos y leyendas.
Una particularidad del lenguaje simbólico es la condensación de elementos. Así, un símbolo recoge, contiene, sintetiza, integra y alude a varias abstracciones, ideas o conceptos, a menudo estados de ánimo y muchas veces actos; y se conecta con los mismos y puede enlazar con otros símbolos mediante relaciones de semejanza, contigüidad, analogía, etc…

El símbolo es polivalente y polisemántico, esto es, admite diferentes valoraciones y diversas lecturas, poseyendo varios niveles, significados y sentidos de interpretación diferentes. Con tales premisas nos enfrentamos a Lilith y a nuestros primeros padres.

No sabemos casi nada de Lilith. Salvo una brevísima mención en el libro de Isaías, La Biblia cristiana no dice nada más sobre la mítica primera dama de la historia de la Humanidad y a la que, por tanto, le cupo el honor de ser también la primera pareja de Adán, antes que Eva se oficializara para la posteridad recogiendo para sí tal papel. No existen apenas datos originales de esta figura que ha llegado hasta nosotros procedente, sobre todo, de la vieja tradición talmúdica; aunque no es exclusivamente oriunda de tal contexto, ya que, comparaciones, equivalencias y similitudes aparte, nos encontramos claramente identificada a nuestra protagonista en la vieja simbología súmera y babilónica integrando, incluso, ciertas versiones del ciclo de Gilgamesh. Con lo cual, nuestra dama goza de una antigüedad considerable.
Parece que, siguiendo con su propio mito, que nos la muestra como una guapa fémina muy enigmática y bastante siniestra, fatídica y perversa, indómita e impetuosa, celosa de su independencia, rotundamente atrayente, de ardientes deseos y de contundente seguridad en sí misma, que se rebela contra el rol asignado para las de su sexo, capaz de plantarle cara al mismísimo Creador si es preciso (como así hace) y de marcharse incluso del Paraíso para refugiarse finalmente en los abismos más profundos y sentar allí sus reales, también se ha ocultado para nosotros en el fondo de los siglos portando con ella su secreto.
Mas no por ello ha dejado de ser popular, pues a Lilith se han referido, entre otros interesados, feministas de pro entre las que algunas no han dudado en declararla su heroína favorita, sagaces psicoanalistas tal vez fascinados por su catálogo de cualidades y, cómo no, todo tipo de estudiosos de la Mitología y de la Simbología.
¿Será tan seductora Lilith como para merecer tanto esfuerzo?
Vamos a emprender nuestra tarea a través del estudio del simbolismo de nuestra elegida, apoyándonos en la lectura del contenido del símbolo de Lilith, así como el de Eva y Adán, tal como nos lo muestran el capítulo III del Génesis al describir la creación humana y el posterior pecado que ocasionó el despido definitivo del Edén decretado por Yavhé-Dios para la primera pareja y para sus numerosísimos descendientes. Un estudio simbólico que considerará como una unidad el mito cristiano de la Creación del hombre y que abarcará aspectos antropológicos, psicológicos y sociales. Para ello, conviene precisar algunos puntos sobre el lenguaje simbólico antes de introducirnos en nuestro tema:

Presentando a nuestra protagonista
* Lilith pertenece a la tradición judaica aunque, según algunos, haya sido "tomada prestada" de la mesopotámica, dentro de la cual es posible hallarla morando entre las ramas de un árbol que la mismísima Inanna plantó en un jardín sagrado de la ciudad de Uruk después de haberlo rescatado de las aguas del Éufrates, para hacerse de él un trono y un lecho, una vez crecido.

* El nombre de Lilith deriva del hebreo Lil, que significa noche, por lo que Lilith vendría a significar la nocturna, término que nos transmite la idea de oscuridad, de ausencia de luz, y que se relaciona con sus características personales y su ámbito de acción: la otra faz del día y los hechos que en tal momento acontecen. Una de sus representaciones y uno de sus animales asociados, la lechuza, refuerza esta consideración al tratarse de un ser que se desenvuelve en las tinieblas.

* Se han hecho muchas traducciones, equivalencias y comparaciones del término "Lilith", y ninguna de ellas demasiado agradable, pues se la conoce como Ave de noche (ahora sin especificar), ser monstruoso, ente espectral, fantasma nocturno, diablesa, etc.; se la ha llegado a emparentar con las tentadoras, sensuales y libidinosas súcubos, tan famosas en el Medioevo, erigiéndose nada menos que en Reina de las mismas.

* Lilith ha sido vinculada también con unos seres parecidos a los demonios del mediodía griegos (esta vez diurnos), ninfas de los campos de tersos cuerpos etéreos relucientes de sol; criaturas indomables, inocentes, ardientes y salvajes, que fascinan y enloquecen a los campesinos enamorándolos sin remisión. Algunas tradiciones cuentan, a este respecto, que entre el cabello de Lilith se encuentran, enredados, los corazones de los jóvenes que sucumbieron a su hechizo

* Se ha comparado a Lilith con las terribles lamias de la tradición grecorromana (recordemos a la reina Lamia que por su crueldad fue transformada en fiera y que devoró luego a sus hijos) y con las lamias de las creencias medievales, tanto seres de rostro de mujer y cuerpo de dragón como maléficas féminas que se alimentan de niños, que conviven con dragones acumuladores de tesoros en cuevas, y que tienen como distintivo un peine de oro, estando muchas veces provistas de unas patas (en lugar de pies) que terminan en pezuña hendida; guardan cierto parecido con algunas representaciones de las regentes y protectoras de fuentes y manantiales gallegas y cántabras, herederas de la tradición celta, y con algunos personajes femeninos de cuentos y leyendas que, a veces, aparecen con uno de sus pies correspondiendo al de un macho cabrío o al de una oca, siempre aludiendo a la presencia de un componente animal todavía activo, algo arcaico aún no del todo eliminado de ellas.

* Se le ha encontrado cierta semejanza a Lilith con las Xanas (Janas: Dianas) astures y las lamias del folklore vasco, aquellos seres similares a las hadas, a las ninfas y a criaturas de la Naturaleza semejantes, servidoras y a veces representantes de la propia Diosa Mari (la Gran Madre y también la Madre Tierra), que castigan y premian a los humanos (uno de sus regalos favoritos es la posibilidad de transmutar el carbón o paja de sus favorecidos en oro); que habitan en montañas, cavernas, cuevas y oquedades diversas, así como en manantiales y fuentes; y que a menudo aparecen hilando o alisando su largo cabello con unos peines de oro que semejan la media luna, o recorren los cielos, aureolada su cabeza con el blanco resplandor de la luna llena, o bien cruzan el firmamento portando una hoz de oro mientras arrastran consigo las tempestades y se envuelven en unas lenguas de fuego que desdibujan y afilan sus miembros inferiores.

* Además, se ha equiparado a Lilith con seres semejantes a las ondinas o a las nereidas, imaginándosela entonces con la parte inferior de su cuerpo correspondiendo a un animal acuático, tanto un pez como una serpiente marina.

* Se la ha asociado, aun, con serpentinas figuras infernales de torso humano similares a la Equidna griega o a otras habitantes del mundo inferior (la mansión de los muertos, el inframundo y también el inconsciente) como Hécate, por ejemplo, provocadoras de pesadillas, portadoras de terrores nocturnos, generadoras de espanto y relacionadas con los vínculos que se ansían pero que aprisionan, con la fuente del deseo, con la fuerza de las pulsiones, con la intensidad de los motivos humanos íntimos que instan a su satisfacción y que pueden llegar a ser destructivos. (Resaltemos aquí el hecho de que, entre su mucha descendencia monstruosa, como el Can Cerbero, guardián del Hades, Equidna fue la madre del buitre que ha de devorar por toda la eternidad las entrañas de Prometeo encadenado al Cáucaso).

* Hay que señalar que Lilith en algunos aspectos está vinculada con todas las Diosas Madres que conllevan un matiz de oscuridad, que reinan sobre los elementos (riquezas includas) del mundo subterráneo y que se relacionan con el aspecto vida y muerte de las cosas. Son cuna y sepulcro, principio y fin.

* Por último, no olvidemos que Lilith es representada popularmente como una seductora mujer, sin más vestido que su propia piel, provista de abundante pelo rizado (rojo por más señas) que se extiende como un manto a su alrededor; y que tiene por costumbre sentarse sobre la concavidad de la media luna.
Se trata de la luna oscura, que aparece visible al tercer día de la luna nueva en el horizonte oeste, mostrando una breve franja de luz arqueada, permitiéndonos contemplar las sombras que envuelven al resto de la esfera.


Lilitu (plural de Lili = espíritu), Istar o Lamastu en la antigua Babilonia era la diosa madre o Tierra.

Lilit en la mitología mesopotámica

El origen de Lilith parece hallarse en Lilitu y Ardat Lili, dos divinidades femeninos mesopotámicos, relacionadas a su vez con el espíritu de Lilu. En los nombres de esta familia de diosas aparece la palabra lil, que significa ‘viento’, ‘aire’ o ‘espíritu’. Los judíos exiliados en Babilonia llevaron a su tierra de origen la creencia en estas divinidades y las trasformaron en demonios, cuyo nombre, adaptado a la fonética del hebreo como לילית (Lilith), se puso en relación con la palabra parónima hebrea ליל, lil, ‘noche’.

Lilit en la mitología hebrea
Lilit en la Biblia
La única mención en la Biblia de dicha criatura aparece en Isaías 34:14:פגשו ציים את־איים ושעיר על־רעהו יקרא אך־שם הרגיעה לילית ומצאה לה מנוח׃. En la Biblia de Jerusalén el pasaje se traduce como: «Los gatos salvajes se juntarán con hienas y un sátiro llamará al otro; también allí reposará Lilit y en él encontrará descanso». En la Vulgata לילית se tradujo por Lamia, equivalencia que se conserva en algunas traducciones modernas, como la de de Nácar-Colunga: «Y las bestias monteses se encontrarán con los gatos cervales, y el peludo gritará a su compañero: la lamia también tendrá allí asiento, y hallará para sí reposo». Otras versiones, en fin, traducen el término como ‘criatura nocturna’ , ‘lechuza’ o ‘monstruo nocturno’. Al tratarse de un término que aparece testimoniado en una sola ocasión (hápax legómenon), no resulta posible saber con certeza si para el autor del texto לילית era un nombre propio o común, y en este último caso, si se trataba de una criatura sobrenatural o de una rapaz nocturna.

* El Talmud describe a Lilith como una bella y encantadora fémina de opulenta figura y espectacular cabellera ondulada y la cree madre de gigantes y monstruos. Algunas versiones de este texto nos la emparentan con un animal de pelo muy abundante perteneciente a una antigua especie no precisada, ya extinta y problablemente desconocida en la actualidad.

* En la demonología cabalística se la designa como uno de los siete demonios tradicionales, en concreto el adversario del genio de Venus, siendo ambos regentes del viernes. En tal versión, Lilith tiene faz humana, lleva el busto desnudo y su cuerpo termina en una larga cola de serpiente.

* También en la Cábala se la llama la reflexión femenina de Samael o Samael-Lilith. Satanás es el adversario por excelencia y una de las versiones de Samael, y Lilith asumiría características de "doble opuesto" y "doble contrario". Desde aquí se la entiende de nuevo como un ente maligno semianimal o medio humano.

* En el Zohar se la conoce como Hayo Bischat: "la Bestia", y también la "Mala Bestia", y se afirma que de ella descienden nuestros actuales monos. * Finalmente, no podemos olvidar las tradiciones de corte astrológico que relacionan a Lilith con la "luna negra". En este contexto, estaría representada gráficamente por un punto concreto del cielo situado en la parte más alejada de la órbita lunar respecto a la tierra. A nivel psicológico, se supone que operaría sobre los impulsos inconscientes reprimidos que, individualmente, se expresarían según el sector zodiacal (signo y casa particular) activados por su presencia y conforme a los aspectos que presente con otros elementos astrológicos.
> sí pues, tenemos que Lilith se nos aparece como seductora mujer, bello animal, ambiguo ser a medio camino entre el humano y la bestia, ente monstruoso, diablesa, fascinante demonio hembra y espectral habitante de las sombras, generadora de seres aberrantes. Pero siempre se muestra impulsada por la pasión y rodeada por un magnético halo de misterio, de transgresión, de oposición, malignidad, peligro, desacato, rebeldía, tentación y deseo.
Y por el contrario, también de frescura, espontaneidad, independencia, libertad y tal vez autenticidad; pues todo simbolismo es ambivalente y polivalente, como ya se ha señalado, cosa que los pocos elementos concretos y muy modificados de su mito a los que podemos acceder nos confirman.
Mas no por dejar de pertenecer al plano físico se privó Lilith de las delicias de la fecundidad, ya que según nos muestra la tradición engendró seres en tales correrías nocturnas. Y lo hizo, para más precisión, durante los 138 años que -dice la Cábala- tardó Adán en engendrar a Seth después de que hubieran nacido Caín y Abel, cifra que nos da una idea de la longevidad (mítica) de nuestro antepasado y de la espaciada capacidad generativa de ambos progenitores.
o es extraño que en vista de los anteriores avatares Lilith no sea nada grata en la tradición hebrea. Está feo, desde este contexto, tener la osadía de querer asemejarse al varón reclamando paridad con el mismo, discutir el rol a tomar respecto a éste, desobedecer las órdenes del Hacedor con tanto atrevimiento, abandonar el Paraíso… Pero lo más terrible de todo es el hecho de invocar el Nombre de Dios, innombrable en toda la tradición judía, por considerar que el Nombre verdadero de cualquier ser contiene las características de lo nombrado, y por lo tanto es posible conocer su esencia y adquirir poder sobre ello. Pronunciar el nombre de Dios se convierte, pues, en una osadía suprema, un acto de soberbia mucho mayor que el de hacer directamente oídos sordos ante sus mandatos; algo, en fin, demasiado grave.
Un primer análisis del mito nos muestra que Lilith ha abierto las puertas de lo prohibido. Lilith ha roto con lo estipulado por el Creador para la raza humana. Ha quebrantado lo establecido, se ha querellado contra el orden natural de las cosas, ha abandonado el lugar propio de la Humanidad, ha transgredido los límites impuestos a los seres humanos (algo que también hará Eva en su momento) y por ello se ha colocado fuera del mundo de los hombres y se ha convertido a sí misma en apátrida, en exilada, en extraña…
Es por su actitud frente a las normas por lo que se considera a Lilith enemiga del matrimonio, adversaria de los nacimientos, contraria a los hijos, instigadora del deseo proscrito y fomentadora del desacato, en general, frente a las reglas sociales establecidas. Por todo ello, en definitiva, en el contexto judaico se la tiene por un ser nefasto y un ente maligno en general; de ahí su asociación con lo diabólico y su vinculación con la tentación y la transgresión, a evitar, por supuesto, si se pretende mantener un orden sociocultural determinado.

El Mito: El Desafio de Lilith

Lilith fue la primera esposa de Adán, bien antes de la creación de Eva. Ella hubo sido creada junto con el hombre para ser su ayudante, como el Torah afirma "Mujer y Hombre él los creó."

Pero, Lilith no ajustó como compañia para Adán. Había poco en lo que Adán podía convenir en su intento de aparearse con Lilith, Adán pidió estar arriba, pero Lilith se negó "Fuimos creados iguales, y entonces debemos hacerlo en posiciones iguales".

Adán replicó que él, siendo la imagen de Elohim, no se detendría a tal nivel de igualarse con Lilith, quien era simplemente una de tantas bestias en el campo creada para ayudarle, y de esa forma sería como ella permanecería siempre.

Lilith, fue más de lo que Adán había imaginado. Ella fue con Yahweh, y usó sus destrezas en seducción con él. Yahweh, conocido por su tacto suave ante las mujeres, fue finalmente conducido a revelarle su nombre sagrado, y así Lilith pronunció el nombre divino, y voló lejos del Jardín y de Adán para siempre.

Luego tomó recidencia en una cueva en las costas de Mar Rojo, donde hasta éstos dias se encuentra. Ella acepta a los demonios del mundo como amantes, y desova muchos miles de demonios niños, ella fue llamada Madre de los Demonios, —esposa de Asmodeus, el Rey de los Demonios.

Adán, mientras tanto, halló que él lamentaba la partida de Lilith. Fué con Yahweh y expuso su caso pidiendo el retorno de Lilith. Yahweh concordó que una criatura del Edén no debería partir tan fácil del reino, y dispuso tres ángeles para recobrarla.

Éstos tres, Senoy, Sansenoy, y Semangelof, pronto encontraron a Lilith en su cueva y le exigieron su retorno con Adán por órdenes de Yahweh. Si se reusaba, le infomaron, matarían a un ciento de sus hijos demonios cada día hasta que decidiera regresar.

Lilith exclamó que incluso esta suerte era mejo que regresar al Edén y a la sumición a Adán. Tan pronto como los Ángeles cumplieron su amenaza, Lilith también hizo una terrible proclamación. En respuesta por el dolor inflingido, matería a los hijos de Adán. Juró atacar a los niños, e incluso a sus madres, durante el nacimiento. Juró también que los recién nacidos estaban en peligro de ser objeto de su ira, las niñas por veinte dias y los niños por ocho. No solo esto, sino que también atacaría a los hombres en su sueño, robándoles su sémen para dar nacimiento a más niños demonio, que reemplazarían a esos asesinados cada día.

Lilith no fue tan viceral. Hizo otra promesa, donde quiera que viera expuesos los nombres de esos tres ángeles opuestos a ella, nadie en ese lugar estaría en peligro de sus acciones.

La leyenda de Lilit

El origen de la leyenda que presenta a Lilit como primera mujer se encuentra en una interpretación rabínica de Génesis 1, 27. Antes de explicar que el Dios Yahvé dio a Adán una esposa llamada Eva, formada a partir de su costilla (Génesis 2:4-25), el texto dice: «Creó, pues, Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo Creó; varón y mujer los creó». Si bien hoy suele interpretarse esto como un mismo hecho explicado dos veces, otra interpretación posible es que Dios creó en primer lugar una mujer a imagen suya, formada al mismo tiempo que Adán, y sólo más tarde creó de la costilla de Adán a Eva. La primera mujer a la que alude Gn. 1, 27 sería Lilith, la cual abandonó a su marido y el jardín del Edén.

La leyenda está vinculada a una tradición mágico-religiosa judía: la costumbre de poner un amuleto alrededor del cuello de los niños recién nacidos, con el nombre de tres ángeles (Snvi, Snsvi, Smnglof) que los protegen de Lilit.

El Génesis Rabba, midrás sobre el libro del Génesis, recopilado en el siglo V en Palestina, señala que Eva no existía todavía en el sexto día de la Creación. Entonces el Dios Yahvéh había dispuesto que Adán diese nombre a todas las bestias, aves y otros seres vivientes. Cuando desfilaron ante él en parejas, macho y hembra, Adán —que ya era un hombre de veinte años— sintió celos de su amor, y aunque copuló con cada hembra por turnos, no encontró satisfacción en el acto. Por ello exclamó: «¡Todas las criaturas tienen la pareja apropiada, menos yo!», y rogó al Dios que remediara esa injusticia.

Según el Yalqut Reubeni, colección de comentarios cabalísticos acerca del Pentateuco, recopilada por R. Reuben ben Hoshke Cohen (muerto en 1673) en Praga:
Yahvéh formó entonces a Lilit, la primera mujer, del mismo modo que había formado a Adán, aunque en lugar de polvo puro utilizó excremento y sedimentos. De la unión de Adán con este demonio-hembra, y con otra parecida llamado Naamá, hermana de Túbal Caín, nacieron Asmodeo e innumerables demonios que todavía atormentan a la humanidad. Muchas generaciones después, Lilit y Naamá se presentaron ante el tribunal de Salomón disfrazadas como rameras de Jerusalén.

Adán y Lilit nunca hallaron armonía juntos, pues cuando él deseaba tener relaciones sexuales con ella, Lilit se sentía ofendida por la postura acostada que él le exigía. «¿Por qué he de acostarme debajo de ti? —preguntaba—: yo también fui hecha con polvo, y por lo tanto soy tu igual». Como Adán trató de obligarla a obedecer, Lilit, encolerizada, pronunció el nombre mágico de Dios, se elevó por los aires y lo abandonó.

Saliendo del Edén fue a dar a las orillas del Mar Rojo (hogar de muchos demonios). Allí se entregó a la lujuria con éstos, dando a luz a los lilim, seres cubiertos de pelos. Cuando tres ángeles de Dios fueron a buscarla, ella se negó. El cielo la castigó haciendo que muriesen cien de sus hijos al día. Desde entonces las tradiciones judías medievales dicen que ella intenta vengarse matando a los niños menores de ocho días, incircuncisos.

El novelista italiano de origen judío Primo Levi pone en boca de uno de sus personajes esta visión de Lilit:
A ella le gusta mucho el semen del hombre, y anda siempre al acecho de a ver dónde ha podido caer (generalmente en las sábanas). Todo el semen que no acaba en el único lugar consentido, es decir, dentro de la matriz de la esposa, es suyo: todo el semen que ha desperdiciado el hombre a lo largo de su vida, ya sea en sueños, o por vicio o adulterio . Te harás una idea de lo mucho que recibe: por eso está siempre preñada y no hace más que parir.
Primo Levi, Lilít y otros relatos, Barcelona. Edicions 62, 1989, p. 24.

Influencia cultural

La figura y leyenda de Lilit y sobre todo su rebelión hacia Adán ha llevado a algunas feministas (feminismo radical, feminismo anarquista, etc.) a convertirla en símbolo de la liberación sexual y de la lucha contra el patriarcado.

Por su naturaleza nocturna y demoníaca, algunos han querido ver en ella a la primera vampiresa, por lo que constituye un icono de la subcultura goth, que exalta su belleza inquietante y siniestra.

Existen dos canciones (ambas tituladas Lilith) que hablan sobre ella; una es del grupo de heavy metal segoviano Lujuria y la otra, del cantautor canario Pedro Guerra.

El escritor C.S. Lewis en sus novelas Las Crónicas de Narnia menciona que la malvada reina Jadis del reino de Charn desciende de Lilit. Como se puede ver en el libro El león, la bruja y el ropero, en su capítulo 8:
—A ella le gustaría que lo creyéramos —respondió él—, y en eso basa su pretensión de ser reina. Pero no es hija de Eva. Desciende de la primera esposa de vuestro padre Adán —aquí el señor castor realizó una inclinación de cabeza—, aquélla a la que llamaban Lilith, y que pertenecía a la raza de los genios. De ahí es de donde proviene ella por una parte, y por la otra, de los gigantes. No, no, no existe ni una gota de sangre humana en la bruja.


— Por eso es mala de los pies a la cabeza, señor castor —corroboró su esposa.

En la serie de televisión Supernatural de Warner Bros. en su tercera temporada aparace Lilit como un demonio muy poderoso que posee el cuerpo de niñas para poder estar en la tierra y tiene el contrato por el cual Dean Winchester (Jensen Ackles) dio su vida por la de su hermano Sam Winchester (Jared Padalecki).

Lilith es usada en la serie japonesa Neon Genesis Evangelion, donde ella es el comienzo de la vida tras llevarse a cabo la voluntad de Dios. Los humanos por naturaleza se rehusan a seguir su destino de muerte así que capturan a Lilith.

En el videojuego de la empresa CAPCOM Vampire Saviors o también conocido como Darkstalkers aparece Lilith quien tiene atracción por una súcubo llamada Morrigan (Finalmente se unen en cuerpo y alma). Lilith es en realidad la otra mitad del alma de Morrigan, digamos la mitad buena.

Lilith es usada en Lineage 2, un juego MMORPG (Multi Masive Online Role Player Game) en el cual representa un Raid Boss Descomunal junto a sus Escoltas los Lilith's Agent y Lilith's Escort dentro de la Disciple's Necropolis, la cual esta plagada de sus hijos -los Lilim-.


Sea como fuere, Lilith es el perfecto símbolo para representar a la mujer emancipada, la que no se somete al hombre y busca la igualdad. Dejando a un lado las leyendas, Lilith es un ejemplo claro de cómo la mitología también se puede ayudar a encontrar las raíces del feminismo.


Según consta en la literatura hebrea, Lilith fue la primera esposa de Adán. En
sumerio, la palabra "Lil" significa "Aire." El término más viejo relativo a Lilith sería la palabra sumeria "Lili" (plural "Lilitu"), que parece inferir la misma definición que nuestra palabra "espíritu". En muchas culturas antiguas, la misma palabra para "aire" o "aliento" era usada para "espirítu."

Lilith estaba hecha con arcilla, igual que él. Era hermosa y libre. Adán y Lilith nunca encontraron la paz juntos, pues cuando él quería acostarse con ella, Lilith se negaba, considerando que la postura recostada que él exigía era ofensiva para ella. ¿Por qué he de recostarme debajo de tí? - preguntaba - Yo también fui hecha de polvo y, por consiguiente, soy tu igual". .

La salida del Paraiso

Lilith no obedeció la orden de sumisión que le impusieron; pensaba que era igual a su marido, que tenía los mismo derechos que él porque habían sido creados con el mismo barro, no se sentía inferior, ni débil, ni dependiente. Era una mujer íntegra y como tal quería gozar, al igual que Adán, de la vida y de todo lo que ésta implicaba, incluidos la sexualidad y el erotismo.
Cansada de que Yavhe no atendiera sus reivindicaciones, decidió abandonar el Paraíso, antes que someterse y renunciar a sí misma. Invocó el nombre del dios judio, el innombrable en toda la tradición judía, por considerar que el nombre verdadero de cualquier ser contiene las características de lo nombrado, y por lo tanto es posible conocer su esencia y adquirir poder sobre ello. Pronunciar el nombre del dios judio se convierte, pues, en una osadía suprema, un acto de soberbia mucho mayor que el de hacer directamente oídos sordos ante sus mandatos; algo, en fin, demasiado grave. Abandonó volando el Paraiso con unas alas que el mismo Yavhe la dió (de ahí su semejanza con los súcubos).

Luego tomó residencia en una cueva en las costas de Mar Rojo.

Adán, mientras tanto, halló que él lamentaba la partida de Lilith. Fué con Yaveh y expuso su caso pidiendo el retorno de Lilith. Yaveh concordó que una criatura del Edén no debería partir tan fácil del reino, y dispuso tres ángeles para recobrarla.
Éstos tres, Senoy, Sansenoy, y Semangelof, pronto encontraron a Lilith en su cueva y le exigieron su retorno con Adán por órdenes de Yaveh. Si se reusaba, le infomaron, matarían a un ciento de sus hijos demonios cada día hasta que decidiera regresar.
Lilith, fue más de lo que Adán había imaginado, despues Adán, mientras tanto, halló que él lamentaba la partida de Lilith.
Lilith exclamó que incluso esta suerte era mejor que regresar al Edén y a la sumición a Adán. Tan pronto como los Ángeles cumplieron su amenaza, Lilith también hizo una terrible proclamación. En respuesta por el dolor inflingido, matería a los hijos de Adán. Juró atacar a los niños, e incluso a sus madres, durante el nacimiento. Juró también que los recién nacidos estaban en peligro de ser objeto de su ira, las niñas por veinte dias y los niños por ocho. No solo esto, sino que también atacaría a los hombres en su sueño, robándoles su sémen para dar nacimiento a más niños demonio, que reemplazarían a esos asesinados cada día.

Lilith no fue tan viceral como se cree. Hizo otra promesa, donde quiera que viera expuesos los nombres de esos tres ángeles opuestos a ella, nadie en ese lugar estaría en peligro de sus acciones.

Ante la negativa de Lilith de regresar con Adán, Yavhe decidió dar una nueva compañera a su creación pues proclamo que "No es bueno que el hombre esté solo", creó a Eva a partir de una de sus costillas, y por lo tanto sumisa al hombre (observese el machismo de la época).

Lilith como Reina de los Vampiros
A partir de esta narración, a Lilith se le ha considerado la reina de los súcubos (espiritus femeninos), por alinearse en el bando enemigo del dios machista Yavhe al marcharse del Paraíso. Y de ahí se ha pasado a suponerla una perversa ninfómana, que seduce a los hombres con maestría para estrangularlos después.

Algunas tradiciones cuentan, que entre el cabello de Lilith se encuentran, enredados, los corazones de los jóvenes que sucumbieron a su hechizo

Esa condición de espiritu rebelde de Lilith le ha llevado a ser también la Reina de los Vampiros. No sólo mantiene relaciones sexuales con hombres a los que después asesina, sino que también se alimenta de su sangre. Es en esa encarnación donde Lilith se asimila a diferentes divinidades y monstruos femeninos presentes en la mitología clásica: Lamia, Empusa y las lamias, hijas de Hécate, diosa de la brujería; las harpías y las estriges, también macabras visitantes nocturnas; las harpías, ayudantes de las erinias o furias; las moiras o parcas, las grayas y las gorgonas, siniestras ancianas habitantes de los infiernos. En todas estas figuras se repiten las alusiones a muerte de hombres y niños.

Otras referencias mitológicas afines a Lilith se pueden encontrar en la Brunilda de los Nibelungos, o en la diablesa babilonia Lilu. La misma Reina de Saba de Salomón es un trasunto de Lilith. Etimológicamente viene del hebreo layil, (noche), y aparece representada como un demonio nocturno peludo o como una mujer de cabellos muy largos.

En la Biblia aparece una fugaz alusión a Lilith. En Isaías 34,14 se explica con todo detalle cómo Dios con su espada mata a todos los habitantes de Edom, lugar poblado por enemigos acérrimos de los judíos, y que allí quedan como dueños y señores los animales. Buitres, serpientes... y Lilith. "También allí Lilith descansará y hallará para sí lugar de reposo". Lilith ha sido traducido por lechuza o ardilla, evitando toda referencia a la figura precedente de Eva. En nota al pie se hace constar: "Los hebreos creyeron que significaba un ser diabólico, en forma femenina, noctívago, espantajo de la fantasía popular".

Las variaciones del mito llevan a Lilith a convertirse en seductora de los propios hijos de Adán y Eva (abordando a Caín con palabras de consuelo y reposo tras la muerte de Abel), o a asimilarla con la propia serpiente del Paraíso dando cuerpo de serpiente mientras Satán daba cara humana y la voz que sedujo a Eva (como en los frescos de Miguel Ángel de la Capilla Sixtina). Un relato de Primo Levi nos recuerda que Lilith es la amante del mismo Dios creador, y que vive en el Mar Rojo comandando una corte de demonios. Y otra tradición afirma que Samael, luego Satán, el ángel caído, se convierte en pareja de Lilith, e incluso que juntos seducen a Eva para que engendre a Caín.


Interpretación astral.
En astrología, Lilith es la Luna Oscura o Luna Negra, y hace referencia a "deseos ocultos, lados reprimidos de nuestra personalidad, experiencias dolorosas y rincones oscuros de nuestra psique" y también muestra dónde cuestionamos nuestras vidas, nuestros trabajos, nuestras creencias y a nosotros mismos.

En astronomía, con Lilith se nombró al asteroide 1181, descubierto el 11 de febrero de 1927.
El arte también ha recordado a la primera compañera de Adán. Cuadro de Hon. John Collier.

La creación de Lilith.
Hoy, sabemos que el Genesis I y II son simplemente historias de la creación separadas. El Genesis II deriva de una historia Sumeria, mientras el Genesis I es una creación posterior del sacerdocio hebréo (creada por la escuela Deuterón óhmica por el año 700 a.C.). Partiendo de ahí:
En el Génesis I.27, durante el sexto día, después de crear Dios a los animales se puede leer:

"Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya: a imagen de Dios les creó; los creó varón y hembra. Y les echó Dios su bendición y dijo: Creced y multiplicaos y henchid la tierra y enseñoreaos de ella, y dominad a los peces del mar y a las aves del cielo y a todos los animales que se mueven sobre la tierra".

De lo que se deduce que los creó iguales a su imagen y semejanza, puesto que dios no esa considerado ni masculino ni femenino sino ambos a la vez (padre y madre) puesto que era perfecto. Lilith es el nombre que da a la mujer el Talmud, el libro de los judíos del que proviene. Más adelante, sigue diciendo:

"...y completó Dios la obra que había hecho; y el día séptimo reposó o cesó de todas las obras que había acabado".

Por lo que no tiene justificación que el G.II vuelva al hombre que antes se había nombrado en el sentido de varón-hembra y decir:

"Formó, pues, el señor Dios al hombre del lodo de la tierra y le inspiró en el rostro un soplo o espíritu de vida, y quedó hecho el hombre viviente con alma racional". Y después de quejarse Adan de su soledad... Dijo así mismo el Señor Dios: "...hagámosle ayuda y compañía semejante".

Los cabalistas intentaron explicar dicha contradicción entre los dos párrafos, sugiriendo que Adán fue creado inicialmente como un andrógino que poseía un cuerpo femenino y uno masculino unidos por la espalda, que luego, Dios dividió.

Otra interpretación aparece en el Alfabeto de Ben Sirá, midrash del siglo X. Nos relata que la primera mujer de Adán no fue Eva sino Lilith: "Dios creó a Lilith, la primera mujer, como había creado a Adán"

Sin embargo, tomando otra fuente, el Yalqut Reubeni, nos aporta que: "Adán y Lilith nunca encontraron la paz juntos, pues cuando él quería acostarse con ella, Lilith se negaba, considerando que la postura recostada que él exigía era ofensiva para ella. ¿Por qué he de recostarme debajo de tí? - preguntaba - Yo también fui hecha de polvo y, por consiguiente, soy tu igual". Como Adán permanece intransigente, Lilith invoca el nombre mágico de Dios, quien le da alas. Ella se aleja, volando, del lado de Adán.
Las versiones son muchas y diferentes, sobre todo para los que pretenden tomar las escrituras como única verdad...?


Leyenda judaica.
Este tipo de representaciones de Lilith como demonio provienen de diferentes interpretaciones posteriores. Según R.Graves, «las hechiceras griegas que adoraban a Hécate eran partidarias de colocarse encima y así se ve en las primitivas representaciones sumerias del acto sexual». Éste es, posiblemente, el origen de esta parte de la leyenda:
"Él se queja al Creador que, condolido por él desamparo del varón, envía a tres ángeles a buscar a Lilith. Ella se niega a volver. Lilith quiere permanecer en el Mar Rojo, región en la que abundaban los demonios lascivos, con los que había dado a luz a varios lilim (demonios bebé). El castigo de Jehová por esta negativa de Lilith a regresar al lado de Adán fue una maldición que caería sobre sus hijos".




Muchas muchas mujeres tienen a Lilith como su DIOSA, no es un demonio no es nada malo, ni muchos menos una vampira, eso es la vision machista de los que escriben sobre la religión judeo-cristiana, ella representa la mujer que se revela y claro para los machistas eso seria un demonio, pero los demonios no existen, asi le llaman a los espíritus astrales que son densos para algunas personas

Lilith, la diosa del viento

Las primeras referencias a Lilith aparecen en tablillas sumerias, fechadas en torno al III milenio a.C., bajo la denominación de Lilitu o Lamatsu y rodeadas de una iconografía extraordinariamente alejada de la proporcionada por el Talmud hebreo y las escasas referencias bíblicas. Entonces, ¿qué rol desempeñaba Lilitu en la mitología sumeria?
Según narran las inscripciones mitológicas sumerias, los dioses y semidioses emergieron de un océano infinito que simbolizaba el caos primigenio dador de la vida. En aquellos tiempos remotos, Lilith simbolizaba la parte femenina de uno de los Agbal o semidioses hermafroditas que manaron del Abismo para servir a los primeros dioses de las profundidades. Lilith se erige como un "espíritu del viento nocturno" (traducción sumeria de Lilitu o Lamatsu) cuya misión primordial era custodiar las puertas que separaban el plano físico del espiritual, actuando, por tanto, como un guía hacia la sabiduría de la inmortalidad. Y es debido a su caracter guiador que aparece representada portando los anillos de Shem, los símbolos más antiguos que demuestran que un individuo ha cruzado hacia la inmortalidad y alcanzado la sabiduría del Árbol del Conocimiento.
La iconografía sumeria de Lilith representa a una joven doncella alada que atrae a los hombres al templo de Ishtar para celebrar ritos sexuales con las sacerdotisas vírgenes de la diosa para alcanzar una transformación espiritual y regenerar el cuerpo físico prolongando así la vida mortal. De esta forma, Lilith como "mano de Ishtar" hace partícipes a los hombres de los misterios rituales del templo en los que que hubo de ejercer cierta influencia algún tipo de alquimia relacionada con la sangre menstrual de las sacerdotisas.
Las influencias asirias en la segunda mitad del II milenio alteraron la iconografía de Lilith, y en las posteriores leyendas asirias, aparece representada al lado de los reyes sosteniendo en sus manos la vara y el anillo de la autoridad regia, flanqueada por el Pájaro de la Sabiduría y el Léon, señor de las bestias.
La relación de Lilith como diosa del viento con el universo de la femeneidad clásica parece pues asentado.




Vemos entonces varios aspectos a considerar en el análisis del mito de Lilith.

a).- Antropológico
Su situación de primera mujer antes del nacimiento de Eva la presenta como un ser previo a la adquisición de la conciencia humana, como un representante de una "humanidad previa"; por decirlo así, un grupo de seres anteriores a la humanidad que todos conocemos y de la cual todos participamos en la actualidad.

b).- Religioso
Ciertas particularidades de las personificaciones de Lilith podrían emparentarla con características, atributos y potencias relacionadas con la Magna Dea, la Diosa en su aspecto oscuro en la plena acepción del término, como por ejemplo su capacidad generativa, su relación con la sabiduría profunda, su vinculación con la vida y la muerte, su asociación con lo abisal, etc.

c).- Psicológico
Lilith contiene en sí elementos suficientes que, sin hacer una valoración moral, sí nos permiten en cambio pensar en un patrón típico de lo femenino caracterizado por rasgos como la independencia, la autonomía, la autopertenencia, la confianza en el propio criterio, el sentido crítico, la vinculación con el propio ser y el propio deseo que desde nuestra mentalidad la hacen conceptualizar como individuo libre. El mismo hecho de su "ocultamiento" en las profundidades nos mostraría que el factor Lilith puede estar en determinadas mujeres reprimido, oculto en su propio interior, mas permanece latente y actúa desde las propias profundidades.

d).- Social
Lilith nos remonta a la tan mitificada, por otra parte, etapa matriarcal de la Humanidad, cuyos restos casi podemos exhumar si hacemos arqueología cultural y, aún ahora, contemplamos implícitos en algunos textos de la Literatura clásica y en el simbolismo de las Diosas lunares.
El simbolismo de Lilith, por tanto, apuntaría a un momento previo al actual orden social patricéntrico que ha prefijado determinadas pautas de relación entre hombres y mujeres. Y por "actual" entendemos vigente, en el sentido de que corresponde a unos códigos todavía en uso en los patrones culturales judeo-cristianos y en las sociedades a ellos adscritas; códigos que se remontan a los orígenes mismos de esta tradición. No hay más que ver cómo ha "desaparecido" Lilith, cómo aparece Eva en el Génesis, la interpretación y la divulgación tan particular que durante siglos se ha hecho de los actos de nuestra primera madre como portadora del mal y fuente del pecado para la Humanidad, además de las consecuencias sociales e individuales provocadas con tales transmisiones.

Lilith prefirió su libertad, aunque fuera en una caverna, antes que la vida en un paraíso que la obligaba a renunciar a su propio deseo. Desde entonces, las diversas tradiciones la han asociado con la "cara oculta" del ser (¿el inconsciente?), aquel que nos vincula al sexo, a la sangre, a la oscuridad, a la muerte. Lilith, copulando con el Ángel caído; Lilith con forma de serpiente tentando a Eva con el fruto prohibido (porque cuando Dios vio que haber hecho a la mujer con el mismo barro que al hombre había causado tantos problemas, decidió realizar un nuevo intento, pero, esta vez, borró cualquier pretensión de independencia, creando a la segunda esposa de una costilla de Adán); Lilith como vampiro, como súcubo, provocando sueños eróticos en todos aquellos que duermen solos, Lilith "madre de demonios", Lilith inculcando deseos de autonomía. Lilith que quisieran silenciada; Lilith que quisieran desaparecida. Lilith dueña de su cuerpo y de su lengua, del placer y la palabra.

Lilith fue la primera mujer que reclamó un lugar de igualdad con el hombre en la obra del Dios judeocristiano.

TODO ESO ES LILITH
¡Revélate Mujer!